Las tecnologías de la información y las comunicaciones han generado en las últimas décadas cambios e innovaciones en la sociedad gracias a su interactividad, entre las cuales encontramos el Internet (Berríos y Buxarrais, 2005; Cruzado, Matos y Kendall, 2006; Cho et al., 2014), mismas que han influido sobre todo en los jóvenes, ya que las han incorporado habitualmente para su formación, socialización y entretenimiento (Gómez, Roses y Farias, 2012; Kuss y Griffiths, 2011a,; Machargo, Luján, León y Martín, 2003; Young, 2008).
Las personas inician con el consumo de alcohol por diversas causas, principalmente la curiosidad.
El inicio temprano de las relaciones sexuales, la influencia del entorno y la vulnerabilidad propia de este período vital unido a conductas de riesgo, como la disminución en el uso de métodos anticonceptivos seguros, el consumo de sustancias y la falta de conocimientos, aumentan el riesgo de infección por VIH en los adolescentes.
Instagram, Facebook, Twitter, YouTube, TikTok, WhatsApp, WeChat, Tumblr, LinkedIn, Snapchat… y seguro que conoces alguna más. ¿Quién no usa las redes sociales hoy en día? Es posible que hayas empezado a leer este artículo enlazando desde una red social. Las RRSS nos acompañan en nuestro día a día, pero también se habla de lo nocivas que pueden llegar a ser. ¿Crees que puedes tener una adicción a las redes sociales? ¿O piensas que haces un uso racional, recreativo o formativo de las mismas? Las redes sociales pueden terminar siendo una trampa.
¿Qué es la marihuana? El término marihuana se refiere a las hojas secas, flores, tallos y semillas de la planta Cannabis sativa o Cannabis indica. La planta contiene tetrahidrocanabidol (THC) —una sustancia química que provoca alteraciones mentales— y otros compuestos similares. También es posible extraer concentrados de la planta de cannabis
Este artículo revisa la adicción al sexo, algunas de sus características diferenciales (conducta controlada inicialmente por refuerzos positivos y finalmente por refuerzos negativos, pérdida de control, degradación y dependencia como núcleo central) que, por otra parte, no parecen ser muy diferentes de las del resto de las adicciones, sus diversos tipos y los elementos estimados relevantes en el inicio y mantenimiento de la misma. Se repasan, también, algunas ideas, métodos e instrumentos para evaluar tal comportamiento adictivo y se presentan sugerencias para su tratamiento. Se concluye que, a pesar de la escasez de datos empíricos contrastados, parece justificado seguir manteniendo esta categoría, se proponen algunas preguntas pendientes de contestar y se especula sobre la evolución de su prevalencia futura, especialmente debido al impacto de las nuevas tecnologías.
El consumo moderado de alcohol ofrece posibles beneficios para la salud, pero no carece de riesgos.
El Pleno inició la discusión en lo particular del documento, que propone despenalizar la posesión de hasta 28 gramos de cannabis para consumo personal.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades psiquiátricas complejas, multicausadas, que afectan principalmente a adolescentes y mujeres jóvenes. El diagnóstico más frecuente durante la adolescencia es el de TCA no especificado, seguido por el de anorexia nervosa y bulimia nervosa. Todos estos trastornos comparten síntomas cardinales tales como la preocupación excesiva por la comida, peso y/o figura corporal y el uso de medidas no saludables para controlar o reducir el peso corporal. Los TCA muchas veces se acompañan de complicaciones médicas así como psicológicas que potencialmente pueden dejar secuelas irreversibles para el desarrollo del adolescente. Para evitar la cronicidad del trastorno, se recomienda un tratamiento temprano lo cual requiere de un diagnóstico y derivación oportunos a un equipo especializado. Este equipo requiere ser interdisciplinario con experiencia tanto en TCA como en adolescencia, para poder abarcar las diversas facetas del trastorno así como las particularidades y desafíos que implica su aparición durante la adolescencia.
El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos. Cada año se producen 3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, lo que representa un 5,3% de todas las defunciones. En general, el 5,1% de la carga mundial de morbilidad y lesiones es atribuible al consumo de alcohol, calculado en términos de años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD).
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