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  • La inteligencia artificial ¿Hacia dónde nos lleva?

06 de August del 2025

https://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/2/la-inteligencia-artificial-hacia-

La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser un concepto de ciencia ficción para convertirse en una realidad cada vez más presente en nuestra vida diaria. Consiste en dotar a computadoras, robots y otros dispositivos de la capacidad de realizar tareas que tradicionalmente requerían de la inteligencia humana, como resolver problemas, reconocer patrones o responder a comandos verbales. Esta tecnología se basa en el funcionamiento del cerebro humano, en especial en sus redes neuronales, que se intentan replicar electrónicamente.

Uno de los hitos más conocidos de la IA es la computadora Deep Blue, capaz de vencer a jugadores profesionales de ajedrez al aprender de su oponente y anticipar sus jugadas. También existen autos autónomos que han recorrido grandes distancias sin intervención humana. Aunque aún presentan limitaciones técnicas y altos costos, se prevé que pronto convivamos con máquinas capaces de aprender mediante sus “sentidos” (cámaras, micrófonos, etc.), como lo hace un ser humano.

En entrevista, el doctor Ismael Espinosa, pionero en redes neuronales en México, explica que la IA moderna busca imitar el cerebro humano mediante redes donde la información está distribuida y las "neuronas" artificiales se afectan entre sí. Aunque este campo avanza rápidamente, aún existen desafíos, como el control sobre redes muy complejas y la falta de equipos multidisciplinarios en el país para impulsar la robótica.

El futuro de la IA parece sacado de una novela futurista: procesadores rapidísimos, dispositivos controlados por voz o incluso por pensamientos, clases virtuales personalizadas, robots que reemplacen a empleados en ventanillas, sistemas bancarios automatizados, edificios inteligentes que respondan a nuestras órdenes, e incluso guerras operadas a distancia mediante realidad virtual. En el campo médico, se espera que cirujanos robot realicen intervenciones con precisión milimétrica. Y en la exploración espacial, los robots no sólo analizarán rocas, sino que podrían construir colonias humanas en otros planetas.

Pero ¿pueden realmente pensar las máquinas? A pesar de todos estos avances, la IA aún está lejos de replicar el pensamiento humano. Las máquinas carecen de intuición, creatividad, valores sociales y capacidad de adaptación ante lo inesperado. Su “inteligencia” sigue siendo funcional y limitada a contextos específicos.

Finalmente, surge una reflexión crítica: si bien la IA puede transformar positivamente el mundo, también puede ampliar desigualdades. Muchos humanos aún no tienen acceso a la educación ni a la tecnología, y la automatización podría agravar el desempleo. El desafío no es sólo tecnológico, sino ético y social: ¿quién se beneficiará del desarrollo de la inteligencia artificial? Solo si se orienta hacia el bienestar colectivo y el respeto por el medio ambiente, la IA podrá ser considerada verdaderamente inteligente.