Aunque se pueda bromear con el término, la adicción al sexo es un problema psicológico que puede traer graves consecuencias sobre la vida y relaciones sociales de quienes la padecen.
Los opiáceos son fármacos que se administran en pacientes con dolores crónicos, post quirúrgicos u oncológicos. Su consumo continuado aumenta considerablemente el riesgo de producir una dependencia fisiológica, lo que dificulta el manejo para la instauración, mantenimiento y retirada de los mismos.
La dependencia sexual puede implicar una variedad amplia de conductas. A veces un adicto tiene problemas con una sola conducta indeseada, a veces con varias.
Consumo de alcohol está relacionado con problemas en el desarrollo de la formación cerebral, propia de estas edades, sobretodo, en los campos del aprendizaje, la memoria y la conducta.
Un estudio vincula el consumo de bebidas alcohólicas con las muertes de una de cada 10 personas.
El uso inmoderado del teléfono celular o móvil es una clase de adicción a la tecnología que puede contribuir a desarrollar actitudes de: dispersión, ansiedad, intolerancia, e incluso actitudes delictivas para financiar la adicción.
El deporte aporta claros beneficios para nuestra salud, pero si se practica desmesuradamente puede llegar a convertirse en adicción.
El alcoholismo es un trastorno crónico de la conducta en el que una persona consume alcohol de forma excesiva. Esto crea una adicción física y psicológica.
Todos somos plenamente conscientes de que los ubicuos social media son adictivos y potencialmente dañinos para nuestra salud.
“Para nosotros el foco es la familia, no exclusivamente el adicto; trabajamos con el muchacho adolescente, pero para poderlo integrar al tratamiento como requisito se necesita que la familia sea parte comprometida con la atención que se le brinda”.
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