Amor y libertad
Soy una persona de 45 años, introvertida, reflexiva y con curiosidad por aprender. A los 35 años fui madre, en consonancia con la crianza consciente. Debido a mi perfeccionismo, a mi poca capacidad para pedir ayuda y otros factores genéticos, no tuve las herramientas necesarias para gestionar ese cambio vital. Acabé con agotamiento y estrés crónico, con lo que mi relación con la comida, ya no demasiado buena desde el principio, se resintió y empezó una temporada de excesos, compatible con trastorno por atracón y que, mientras intentaba acabar con el problema, se fue extendiendo en mi vida como una mancha de aceite y fue evolucionando a lo que yo viví como una adicción a la comida hiperpalatable, con lo que acabé comiendo en cualquier momento, en cualquier cantidad, y por cualquier motivo menos por hambre real.