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Creando estilos de vida sanos

Acabando con nuestra adicción al chisme

A pesar de que él lo negó, el chisme de la gente lo consideró culpable. Varios meses después, el verdadero perpetrador fue desenmascarado en silencio. No hubo disculpas privadas ni públicas por las acusaciones falsas. La mayoría de la comunidad siguió pensando que mi amigo era culpable, a pesar de que se había demostrado su inocencia. Hay advertencias en toda la Biblia sobre los pecados y peligros de la calumnia y el chisme. No son pecados insignificantes. Pablo escribe poderosamente sobre la depravación de la humanidad en Romanos Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen. Están llenos de toda injusticia, maldad, Al hablar sobre la maldad, el asesinato, la crueldad y el odio a Dios, Pablo también incluye la calumnia y el chisme. Estos dos actos maliciosos no se consideran delitos menores a los ojos de Dios. Sin embargo, la calumnia, y especialmente el chisme, se practican libremente todos los días, como si tuviéramos licencia para hacer tal maldad. Entonces, ¿qué es la calumnia y en qué se diferencia del chisme? La calumnia es una declaración falsa que daña la reputación de una persona. El chisme es una conversación ociosa que puede ser cierta o no. A veces nos excusamos diciendo que solo estamos repitiendo lo que sabemos que es verdad. Chismear es compartir información que no debería compartirse. La información puede parecernos sensacional, pero no es beneficiosa para las personas implicadas. La palabra griega traducida como chisme significa «susurro». Susurramos cuando chismeamos porque la información que compartimos sobre otra persona puede ser íntima, profundamente personal o injuriosa. Por lo general, los chismes son noticias que no querríamos que se compartieran si fueran sobre nosotros. El chisme es un medio para humillar a los demás mientras nos exaltamos a nosotros mismos. Usamos el chisme «verdadero» para denigrar a personas que no nos simpatizan: «Ves, te dije qué clase de persona es». Usamos el chisme para justificar nuestras propias posiciones: «Ves, esto valida lo que te dije». Usamos el chisme para ser la fuente irrefutable de información importante. Queremos ser los primeros en tener la distinción de anunciar las últimas noticias a nuestro grupo de amigos. Independientemente de nuestra excusa, Dios lo llama un pecado nefasto que figura en la lista de lo que consideramos el peor de los males. Estoy agradecido de que los editores de Tabletalk me pidieran que escribiera sobre este tema, porque mi estudio me ha recordado mi propia culpa al entregarme con frecuencia a este oscuro arte en el que uso mi lengua para propósitos satánicos. ¿Cómo, entonces, nos guardamos de este pecado insidioso? ¿Qué debemos hacer cuando oímos chismes? ¿Qué debemos hacer para no convertirnos en un canal a través del cual viajan los chismes? Primero debemos tratar de determinar la veracidad de lo que oímos. Si no es verdad y lo repetimos, entonces nuestro pecado se multiplica y se convierte en calumnia. Si es verdad, entonces podríamos ser un canal de gracia para la persona que ha pecado o un canal de consuelo para la persona que ha sido agraviada. Si el chisme no es cierto, entonces debemos hablar con la persona que nos comunicó la mentira. El propósito de buscar la verdad nunca debe llevarnos a chismear con la conciencia tranquila. En segundo lugar, debemos preguntarnos: «¿Es nuestra forma de hablar una bendición para el mundo que nos rodea? ¿Promueven nuestras palabras consuelo, restauración y paz?». El escritor de Proverbios dijo: «Panal de miel son las palabras agradables, / Dulces al alma y salud para los huesos» (16:24). El Espíritu Santo debe llenar nuestros discursos diarios de amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad y gentileza, no de chismes. Esto significa que debemos hacernos varias preguntas importantes antes de hablar. ¿Qué bien se logrará con la información que voy a compartir? ¿Es mejor mantener esta información en secreto? ¿Cómo se refleja en mi propia integridad el hecho de compartir esta información? Después de escribir estas palabras, siento la tentación de decir: «Me limitaré a hacer un voto monástico de silencio». Pero tal voto me impediría decir palabras de ayuda, consuelo, restauración y advertencia; sí, las palabras de advertencia son a veces una respuesta necesaria y santa. Los cristianos bienintencionados han hecho mucho daño al ocultar información necesaria en situaciones cruciales. Necesitaban decir la verdad en amor para ayudar a individuos responsables a tomar decisiones correctas. Pero como no querían compartir información negativa, guardaron silencio. A veces se nos pide que evaluemos a un grupo o a una persona. Se tomarán decisiones importantes basadas en nuestro testimonio. Tales evaluaciones no son chismes. Faltar a la verdad en esas situaciones puede tener efectos devastadores. avaricia y malicia, llenos de envidia, homicidios, pleitos, engaños, y malignidad. Son chismosos, detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres, sin entendimiento, indignos de confianza, sin amor, despiadados.