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Creando estilos de vida sanos

Trastornos de conducta alimentaria (TCA): mi testimonio.

Dejando la ciencia de lado, les contaré un poco de mi experiencia con un TCA. Todo empezó con una depresión por el fallecimiento de mi abuela. Quien no ha experimentado un trastorno no sabe lo que es escuchar voces en tu cabeza que te dicen cómo lastimarte. Un día desperté y me dije que no desayunaría, la decisión no se dio de un día para otro, ya tenía meses bajándole a la comida. No se lo conté a nadie, ni siquiera a mis mejores amigos. Dejé de prepararme el lunch, le decía a mi mamá que siempre compraba algo en la escuela, luego le dije que ya no quería desayunar antes de irme, porque entonces en la escuela no me daba hambre; y prefería comer algo entre clases en vez de temprano. Así me la llevé por semanas, hasta que dejé de cenar. Llegué al punto de comer solo una vez al día, lo cual era aún más grave, debido a que entrenaba fútbol durante dos horas diarias. Sobrevivía toda la mañana con un café. Llegaba a mi casa a comer bien, lo cual era pura mentira, pues nunca me acababa el plato. Cuando sentía que lo que hacía no estaba bien, me daba un atracón de comida, volvía a sentirme gorda y culpable, y continuaba absteniéndome de comer. Hubo personas que lo notaron y se preocuparon, otras invadieron mi cabeza con sus comentarios. Un amigo me recomendó ir con el psicólogo y con muchos peros acepté. El proceso no fue nada fácil, en terapia la psicóloga me permitió entender el comienzo del problema. Sesión a sesión, fuimos avanzando. También necesitaba un nutriólogo. Así es como estoy saliendo de esto. Es difícil, porque hay una pelea constante en tu cabeza. Actualmente, me han dado de alta con la psicóloga y la nutrióloga sigue apoyándome. Consumo tres comidas a diario, y así como hay días donde termino todo el plato, hay otros en los que me cuesta acabármelo. Está bien, no sanas por completo de un día para otro, todo proceso necesita su tiempo.No se lo conté a nadie, ni siquiera a mis mejores amigos. Dejé de prepararme el lunch, le decía a mi mamá que siempre compraba algo en la escuela, luego le dije que ya no quería desayunar antes de irme, porque entonces en la escuela no me daba hambre; y prefería comer algo entre clases en vez de temprano.