Cuidado con la adicción al gasto y compras compulsivas
La falta de una buena planeación financiera puede poner en riesgo nuestro patrimonio personal y familiar por lo que es importante realizar una mínima inversión, en tiempo, que nos permita obtener grandes rendimientos en términos de tranquilidad para el futuro a corto plazo, aseguró Arturo Morales Castro, profesor-investigador de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA).
Destacó que, en estas fechas, la adicción al gasto y el síndrome de las vacas gordas son enfermedades financieras que pueden generarnos serios problemas de endeudamiento e incumplimiento de pagos, de ahí la necesidad de que se realice una buena planeación de nuestras finanzas y una adecuada administración de la economía personal, con el propósito de hacer frente a imprevistos y alcanzar metas específicas.
El catedrático universitario apuntó que el punto de arranque para realizar una planeación financiera exitosa debe darse con la elaboración de un inventario del patrimonio personal y familiar, iniciar con una lista de los bienes materiales, casas, autos, muebles, joyas, etcétera, y otra con los bienes intangibles que son los ahorros en bancos, inversiones, seguros.
Una vez que se tiene el cálculo del patrimonio, añadió, podemos iniciar nuestra planeación financiera, que no es otra cosa que la estimación futura de nuestros ingresos y gastos, estableciendo con la mayor claridad posible, objetivos a corto, mediano y largo plazos, tomando en cuenta cuánto tenemos y qué compromisos debemos de cumplir; si alcanza para cubrir esos últimos, tendremos una situación financiera equilibrada, pero si no alcanza, entonces estaremos en problemas y tendremos que buscar opciones para resolverlos.
Sugirió que al momento de hacer la planeación financiera, también se deben tomar en cuenta dos aspectos fundamentales: el plazo de nuestros planes y el monto de lo que queremos comprometer, tomando en consideración que siempre se debe cuidar que haya un balance entre los gastos que vamos a realizar y el total de nuestro patrimonio, del cual se recomienda no comprometer más de 30 por ciento del total.