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Creando estilos de vida sanos

‘Vapeé’ durante una semana y esto fue lo que sentí

Uno de mis propósitos de año nuevo desde hace varios años es dejar de fumar. Para algunos es fácil y para otros es una tarea apoteósica. Unos fuman cinco cajetillas diarias y otros sólo cuando está en una fiesta. Yo soy de estos últimos.

Debo admitir que el deseo de fumar crece cuando mi círculo social enciende un Marlboro, Piel Roja o Lucky Strike. El aroma del tabaco en el aire me hace perder la batalla y cedo a la tentación.

He intentado varias formas de dejar de ser un fumador social, pero ha sido tiempo perdido. Sin embargo, la semana pasada probé uno de los famosos cigarrillos electrónicos de la marca ‘Vype’ y lo puse a prueba frente a mis amigos: los fumadores.

Lejos de ser aparatoso, este cigarrillo está compuesto por una batería, boquilla y cápsula en la que va la nicotina y el sabor. Aunque no se agarra igual que un cigarrillo y te conviertes en el objeto de conversación de cualquier fiesta, logra emular la sensación de los cigarrillos tradicionales.

Sólo bastan tres clics en cualquiera de sus dos botones para empezar a ‘vapear’, sí es el nuevo verbo de fumar, y sentir la nicotina por el cuerpo. Su sabor puede ser dulce o de tabaco convencional; no deja olor en la ropa, pelo o boca y sirve para mezclarse en la multitud de fumadores, por un momento.

Su diseño, lejos del de un cigarrillo, se parece a un lapicero o un marcador. Con tres días de práctica se adapta más fácil a la mano, aunque nunca como un cigarrillo convencional.

Las bocanadas de humo no se comparan a la de ningún cigarrillo. De hecho, se parecen más a las de una narguile o las de un puro hecho en la Habana. Sin embargo, vale la pena decir que a diferencia del cigarrillo, la narguile y el puro, el cigarrillo electrónico no produce humo sino vapor, que es una de las nuevas promesas para la salud del consumidor.

Asaltado por la duda, investigué cómo la nicotina y la esencia pueden estar en un mismo líquido que se puede fumar. La respuesta la encontré en el glicol, una sustancia química que es segura para consumo humano desde 1997 según la autoridad de drogas y alimentos de Estados Unidos (FDA).

No contento con este dato busqué más al respecto sobre el glicol y encontré tanto detractores como defensores. Algunos dicen que es igual de perjudicial para la salud y otros dicen que están en gaseosas, colorantes y saborizantes.

El hecho es que encontré un estudio de la Royal College of Physicians; Public Health England y la Medicines and Healthcare products Regulatory Agency, quienes han estudiado los efectos de ‘vapear’ y encontraron que es un 95% menos dañino que el humo del cigarrillo y que el glicol es apto para consumo humano.

Con este dato me fui de fiesta y encontré a más de una persona vapeando y les pregunté sobre sus hábitos. Todos afirmaron ser fumadores de toda la vida y que gracias a este dispositivo habían logrado reducir su consumo de 20 cigarrillos al día a cinco a la semana, en menos de dos meses. Haga cuentas.

Aunque no soy un fumador empedernido y no digo que vapear sea el método estrella para dejar de fumar, encontré que los fumadores de toda la vida lograron reducir su consumo de tabaco, o al menos lo reemplazaron por un vapeador que es menos dañino para la salud.