Patty Hearst. Tal vez la más famosa, la nieta del empresario y editor de periódicos William Randolph Hearst fue secuestrada en 1974 por el Ejército Simbionés de Liberación (SLA, en inglés). Durante su cautiverio, renunció a su familia, adoptó un nuevo nombre e incluso se unió al SLA para robar bancos. Más tarde, Hearst fue arrestada, y utilizó el síndrome de Estocolmo como defensa en su juicio. Esa defensa no funcionó, y fue sentenciada a 35 años de prisión.
Natascha Kampusch. En 1998, Natascha, que entonces tenía 10 años, fue secuestrada y mantenida en una habitación oscura y aislada en un sótano. Su secuestrador, Wolfgang P?iklopil, la mantuvo cautiva durante más de 8 años. Durante ese tiempo, se mostró bondadoso, pero también la golpeaba y amenazaba con matarla. Natascha pudo escapar, y P?iklopil se suicidó. Reportes noticiosos en ese momento reportaron que Natascha “lloró inconsolablemente”.
Mary McElroy. En 1933, cuatro hombres detuvieron a punta de pistola a Mary, de 25 años, la encadenaron a las paredes de una granja abandonada y exigieron rescate a su familia. Cuando fue puesta en libertad, le fue muy difícil nombrar a sus captores en su posterior juicio. También expresó públicamente su simpatía por ellos.