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Creando estilos de vida sanos

Adicción a los ansiolíticos

"Podía seguir con mi vida"

"La primera vez que me recetaron ansiolíticos", cuenta a 20Minutos Claudia, una joven estudiante de 21 años de Madrid, "creo que tenía 16 años". Su caso es típico: la mayoría de quienes consumen este tipo de fármaco lo hacen, o al menos comienzan a hacerlo, bajo prescripción médica. "Fue por depresión y ansiedad, que es la razón por la que me los han vuelto a recetar ahora". Por este diagnóstico, también le han recetado en ambos casos antidepresivos.

"La primera vez estuve tomando Lorazepam, y luego me lo cambiaron a Lormetazepam" explica. "Al principio, estaba soñolienta y me costaba enterarme de lo que pasaba; pero una vez que mi cuerpo se acostumbró, ya no me notaba tan 'zombi'". 

 

 

"Ese primer mes fue complicado, pero es cierto que pude estar más despejada para seguir con mi vida", prosigue.

"Me sentía en paz. Tranquilo. Daba la sensación de que todo estaba bien". expresa de modo similar Javier, de 26 años, que trabaja en el campo del márketing y, como Claudia, comenzó a tomar los ansiolíticos (Diazepam, Lorazepam y Alprazolam) como parte de un tratamiento pautado, en este caso por ansiedad, depresión y trastorno bipolar y en combinación con antidepresivos, reguladores del ánimo y anti psicóticos. "Para alguien con ansiedad es un efecto muy deseado".

 

 

Como es lógico, este tipo de sensaciones pueden ayudar a aliviar temporalmente la ansiedad. Dani (nombre ficticio), estudiante de fotografía de 21 años a quien le recetaron primero Lorazepam y luego Alprazolam por depresión y ansiedad, explica en el mismo sentido que "paso de síntomas de ansiedad fuertes (nerviosismo, taquicardias...) a sentirme más tranquile, 'normal'. Con el trankimazín (Alprazolam) he podido empezar a controlar los picos de ansiedad, me resulta eficaz".

"Los ansiolíticos ayudan en el momento de crisis, aunque son solo una muleta. No resuelven el problema de base, pero ayudan a sobrevivir y funcionar día a día", opina María (nombre ficticio), ilustradora y diseñadora gráfica de 25 años que estuvo tratada con antidepresivos y Lorazepam por un trastorno de ansiedad obsesivo y por un trastorno del sueño.  

 

 

"Durante el tratamiento farmacológico no recibí psicoterapia, solo sesiones de psiquiatra una vez cada dos meses. Más tarde dejé los antidepresivos y comencé a ir a psicoterapia: fue entonces cuando empecé a mejorar", añade, y concluye: "Debí haber empezado con un enfoque psicoterapéutico desde el principio, y no psiquiátrico. Supongo que en muchos casos lo más efectivo es combinar ambos tratamientos, pero esto es algo que no está al alcance de la mayoría". 

 

 

Link: https://www.20minutos.es/salud/medicina/vivir-tomando-ansioliticos-efectos-secundarios-crisis-adiccion-4914034/