Alejandro comenzó a consumir pastillas desde los 16 años.
Alejandro estaba en secundaria y recuerda que hubo un tiempo que padecía de insomnio, su papá lo llevó al médico y le recetaron lorazepam por tres días. Con eso logró conciliar el sueño, no volvió a trasnochar, pero continuó consumiendo las pastillas. Lo hacía a escondidas de sus padres.
En el colegio tenía un compañero, cuya familia poseía una empresa de fármacos. Fue así como empezó a consumir las pastillas dentro del colegio pero en una dosis más fuerte.
Tomaba clonazepam, un fármaco que sirve para controlar determinados tipos de convulsiones, ataques de pánico y disminuye la actividad eléctrica anormal del cerebro. Sólo se vende bajo prescripción médica. Alejandro las conseguía a través de su amigo.
“Cuando se está bajo los efectos de las pastillas es otro mundo, uno que vos mismo creás. Estás ido en vos. No existe nada a tu alrededor. Eso es lo que le da placer al cuerpo, el estar sedado sin nada que te perturbe, por eso es que se vuelve adictivo”, explica Alejandro.
Siguió consumiendo pastillas durante más de un año. No le bastaron las clonazepam y empezó a combinarlas con otros fármacos y alcohol. Ahí empezó lo peor. “Cuando combiné con alcohol no podía ni mantenerme de pie. No me acordaba absolutamente de nada. Eso fue lo peor que pude haber hecho”.
Las consecuencias fueron graves. Perdió el año escolar y siempre tenía sueño. Se quebró un pie y no caminó durante un tiempo. Con el pie enyesado buscaba la forma de escaparse para comprar pastillas.
Su papá notó que algo no andaba bien y Alejandro reconoció que consumía pastillas y que necesitaba ayuda. Fue llevado a un centro de rehabilitación, pero no asimiló la idea de internarse. Prefirió ayuda psicológica. Luego de seis meses de atención especializada superó la adicción.
Ahora tiene 21 años y cursa segundo año de la universidad. Dice que nunca más ha vuelto a consumir pastillas pero extrañaba la sensación de relajación en su cuerpo. Por eso ha optado por consumir marihuana pero no en exceso, dice. “Prefiero algo que produce la naturaleza que un fármaco lleno de químicos destructores hechos por el hombre”.
Los especialistas aconsejan que lo recomendable es llevar una vida saludable y no consumir ninguna droga.
Fuente: https://www.quiero-puedo.com/pastillas-para-dormir/