Testimonio de un "loco"
¡Loco! La palabra retumba como si cuatro simples letras subieran los decibelios hasta el infinito. A pesar del estruendo, un colectivo (que así prefiere llamarse, nada de asociación, que para eso ya están los familiares que se apropian de su voz, según denuncian) ha decidido hacer bandera del insulto y que sus reivindicaciones se escuchen todavía más alto que esas cuatro letras tan gruesas:
¡Loco!
- Oye, sí, estoy loco, pero no soy un ciudadano de segunda, soy una persona igual que tú, con unas características distintas a las tuyas, pero una persona también.
Alfonso Alonso siempre supo que era diferente y aceptó con resignación una etiqueta que le llegó de forma tardía, pero que cayó como una losa. Se encontraba bastante aislado, hasta que conoció al colectivo Orgullo Loco, un movimiento que, desde el año pasado, celebra el 19 de mayo en toda España el Día del Orgullo Loco.
Asturias fue pionera en celebrar el Día del Orgullo Loco y el éxito de convocatoria animó al resto a seguir su ejemplo y agarrar el megáfono bien fuerte
"Lo que nosotros denunciamos desde nuestra propia experiencia es la vulneración de derechos humanos: se coarta nuestro derecho a la libertad, nuestro derecho a decidir, nuestro derecho a la salud, nuestra libertad de expresión... El loco es uno más y estamos aquí", sentencia Alfonso.
En 2010, Asturias fue pionera en nuestro país en convertir esas reclamaciones en una jornada festiva con pancartas y música, y el éxito de convocatoria animó al resto a seguir su ejemplo y agarrar el megáfono bien fuerte. La idea original fue de cuatro británicos, Mark Roberts, Simon Barnett, Robert Dellar y Pete Shaughnessy, que en 1999 decidieron dar un paso al frente y salir del armario como en su día lo hizo el movimiento LGTBI.
"Puedo expresar en todo momento lo que está pasando", reclama Alfonso. "No me vale con estar enfrente de ti y que no me escuches, porque quiero saber qué quieres hacer conmigo. Tener la capacidad de poder elegir si es lo más conveniente para mí. No quiero que se me descalifique como una persona de segunda categoría por el mero hecho de ser un loco".