COMO ME HICE ADICTA A LAS PASTILLAS PARA DORMIR
Existen una gran variedad de medicinas en el mercado que están dirigidas a las personas que sufren de ansiedad y estrés. Desafortunadamente la realidad es que el estrés y la ansiedad causados por problemas como pérdidas, conflictos, enfermedades terminales y obstáculos, se resuelven mejor cuando la persona tiene, la fortaleza para vivir con su vulnerabilidad y un buen sistema de apoyo familiar o de amistades. Métodos mucho más efectivos que el uso de tranquilizantes.
No obstante en algunos pocos casos y con un cuidado muy cercano de un médico o un psiquiatra hay tratamientos efectivos. Ya que por un periodo pequeño de tiempo alivian a la persona que sufre, proporcionando un relajante que ayuda a reducir su malestar temporal. En el momento que termina la crisis, el tratamiento, para las medicinas y ayuda a que la persona acepte su condición y confronta su problema, sin tener la necesidad de continuar medicada.
Sin embargo, en muchos otros casos, la persona que sufre no puede tolerar su ansiedad o su estrés y toma pastillas tranquilizantes pensando que estas son la única manera de controlar sus sentimientos frente a su situación.
El efecto de estas mismas medicinas ocasiona un daño colateral mucho más grave y peligroso que la ansiedad o el estrés que inicialmente se sentía. Esto, en la mayoría de los casos, es la puerta principal para entrar a la condena de una enfermedad más complicada que se llama adicción.
Los tranquilizantes que pertenecen a la familia de las benzodiazapeninas. (Dentro de las cuales se pueden mencionar medicinas como Valium, Xanax, Activan, etc.) Son populares y se consumen comúnmente.
Estas medicinas al igual que el alcohol y otras drogas, proveen de un alivio temporal, que durará a lo mucho un par de horas según permanezca su efecto en el cuerpo de la persona. El sentimiento incómodo, el estrés y los problemas nunca se llegan a resolver con este método. De hecho, se agudizan más. Mientras la persona no tenga el valor de confrontar sus miedos, seguirá adormeciendo su dolor con los calmantes… equívocamente creyendo que está controlado sus problemas.
Al consumir este tipo de substancias, surgen algunos efectos secundarios que causan que la persona se aísle, de su medio familiar y social. Por ejemplo, ocasionan el sentirse cansado y con sueño, tener un aspecto adormecido y apagado, afectan a la poca coordinación en sus movimientos, asimismo los hace ser algo hostiles y fácilmente irritables por lo que los amigos y sus familiares prefieren no acercarse a ellos.
Todos estos medicamentos están sujetos por supuesto al grado de tolerancia personal que se llegara a desarrollar. Es decir, cada persona desarrolla algún grado de tolerancia o de intolerancia con su cuerpo ante el consumo de dichas medicinas. Algunas personas, no se sentirán cómodas sintiendo la fatiga y la falta de coordinación de sus acciones, lo cual pudiera servir como un indicador de atención, así, la poca tolerancia los invita dejar de tomar estas medicinas buscando desde luego métodos más efectivos para solucionar sus problemas.
Pero en otros casos, la tolerancia es mayor o retardada y los efectos crean un estado de comodidad, la cual adormece su realidad y de la adversidad que están teniendo. Poco a poco buscaran una dosis más elevada para continuar anestesiando su sentir. En estos casos la dependencia se vuelve casi involuntaria pero los problemas con la adicción son desafortunadamente declarados.
¿Cómo inicia el ciclo de la adicción a los medicamentos?
A medida que se incrementa la dosis de los calmantes el cuerpo desarrolla mayor tolerancia por lo que cada vez se tiene que aumentar más el consumo de dichas sustancias. Este patrón puede continuar tanto hasta llegar al punto que el consumo necesita ser en dosis tan elevadas que puede causar un estado de torpeza mental, pérdida de memoria, descoordicación corporal, y por supuesto la persona deja de funcionar efectivamente en su medio. Lamentablemente cuando la persona llega a este nivel, la dependencia es necesaria y la adicción queda establecida. Entonces el problema que antes era una simple ansiedad o depresión, ahora se ha convertido en un problema de farmacodependencia.
¿Cómo se puede evitar este problema?
1. Reconocer que muchas veces es incómodo pero necesario sentir dolor, estrés y ansiedad.
2. No se debe prescribir medicamentos antidepresivos si la persona realmente no tiene un desbalance químico en la mente.
3. En caso de que el medico ofrezca la posibilidad de tomar tranquilizantes, tener claro que es por un tiempo corto y definido.
4. Ningún medicamento antidepresivo utilizado a lago plazo sirve. Ya que termina por deprimir mas la mente de lo que estaba inicialmente.
5. Hay que tener fe, buscar ayuda y no tener miedo al dolor. Este es temporal y generalmente lo acompaña una lección de vida que en otro momento se le podrá agradecer.