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Creando estilos de vida sanos

Vivencias y experiencias de un ludópata. Mi vida en la basura.

Eran los años 70, yo era un simple empleado de una empresa de servicio para la construcción. Un modelo innovador en España de un sistema de bombeos de hormigón. Consistía en unas maquinas bicilindrica oleodinámica. Comencé como ayudante de máquina, los propietarios de la empresa al ver mi evolución, la rapidez de adquisición de conocimientos y manejos de esas maquinas me ascendieron rápidamente a maquinista de las mismas. Ya con un ayudante a mi cargo, en menos de un año, me pusieron de encargado en la empresa. Al ver mi eficiencia en el trabajo, me propusieron abrir una empresa del mismo estilo en Alicante. Acepté de inmediato, pues yo había adquirido suficientes conocimientos como para arriesgarme en la aventura. No tenía nada que perder, sino todo lo contrario. Mi trabajo se convirtió en una llegada de nuevos clientes y más empleados para la empresa, hasta el punto de abrir otra sucursal en Murcia. Todo marchaba espléndidamente, cada vez mas trabajos, más maquinas y clientes. Llegado el momento me propusieron ser gerente de la empresa en la Comunidad Valenciana, que acepté con mucha ilusión y ganas. Mis ascensos eran muy rápidos, por mi forma de trabajar y de cumplir con la empresas y sus clientes. Tanto es así que quisieron que formara a ser parte de la misma, como era natural acepté y compré mis acciones, me integré como gerente, propietario, apoderado y socio de la empresa. Todo marchaba bien, aquello parecía un sueño, el que yo hubiese conseguido en apenas año y medio, subir de ser un simple peón a pasar a ser socio propietario de la empresa. Lo conseguí a base de trabajo y esfuerzo, tenía un buen sueldo para aquellos tiempos, gané mucho dinero. Y lo más valioso muy buenas amistades. Era muy querido y conocido en la ciudad, fui presidente de Asociación festeras de Moros y Cristianos (fiestas muy populares en la provincia de Alicante).Yo entonces era el Sr. Guzmán para todo el mundo que me conocía,(quién me lo iba ami a decir).

 

Con respecto a mi vida particular éramos felices, mi mujer estaba muy orgullosa de mi, así como mis hermanos y mis amistades anteriores, todos se asombraban de mi trayectoria. Yo lo tenía todo, bueno no teníamos todo nos faltaba algo, y ese algo era que no teníamos hijos. No todo era felicidad, pensábamos que todo aquel trabajo y todo lo conseguido debería de servir para algo o alguien que pudiera disfrutar de todo lo logrado con nuestro esfuerzo. Pensamos en dar los pasos para adoptar a un bebe. Dicho y hecho, dimos los pasos necesarios para obtener una adopción, lo solicitamos a Madrid, Zaragoza y en otros lugares que ya no recuerdo. Todo fue negativo, en ese aspecto no tuvimos tanta suerte. No había forma de conseguirlo por medios legales, en aquellos tiempo era muy difícil. Ya harto de intentarlo y no conseguirlo, yo por mi cuenta y riesgo y sin contar con mi pareja para nada, decidí hacerlo de forma ilegal. ¡¡Error garrafal el mío!!

Aquí comenzaron mis desventuras y empezaron las mentiras, si le hubiese contado la verdad a mi mujer seguro que hubiese dicho que no a aquella adopción. En una noche de farra que también las teníamos los socios de la empresa, conocí A UNA MUJER SIN CONCIENCIA, me dijo que estaba embarazada y que ella estaba dispuesta a darme en adopción lo que posteriormente naciera. Yo la creí y estuvimos de acuerdo en llevarlo en secreto hasta el final, así se hizo mientras duró su embarazo, le pagué todo los gastos que ella tuviese, le daba todo el dinero que me pedía y la verdad es que ni yo mismo sé el dinero que le entregué. Lo cierto es que aquella mujer arruinó mi vida, no económicamente , pero si moralmente. Yo a mi mujer la tenía engañada diciéndole que un amigo mío que era medico me estaba arreglando las cosas para poder adoptar a una niña. Nunca le dije a mi pareja de dónde procedía. Mi mujer siempre creyó lo que yo le contaba y de la forma que íbamos a conseguir la adopción, tenía la certeza de lo que yo estaba tratando era legal. Y seguía con su máxima ilusión el embarazo de aquella mujer según yo le iba contando.

Fruto de aquel embarazo nació una niña preciosa. Yo para entonces ya tenía preparado a mi abogado para la tramitación de todos los documentos necesarios para la adopción en la ciudad de Elche para cuando tuviese la niña en mi poder. El día tres de Julio de 1981, fecha inolvidable para mí, me llama esta mujer y me da la noticia del nacimiento de la niña. Loco de contento se lo comuniqué a mi mujer, los dos estábamos muy felices por el acontecimiento. Fuimos a recogerla a Murcia al hospital de la Arreixaca, recogimos a la niña y la llevamos directamente al pediatra. La niña estaba bien, nos fuimos para casa y aquello fue una fiesta, pensamos que al día siguiente iríamos al abogado para legalizar la adopción. Pero la felicidad duro muy poco tiempo, la mañana siguiente, recibimos una llamada de teléfono de la madre diciéndonos que a la niña había que llevarla de nuevo al hospital de Murcia, porque le habían detestado en unos análisis leucemia en la sangre. Nos quedamos helados por la sorpresa, así que quedamos citados ella y yo, (porque yo no quería que mi mujer la conociera). En el hospital de Murcia se la entregué para que la vieran los médicos, pero pasaba el tiempo y la niña no salía del hospital. Cansado de tanto esperar pregunté a varias enfermeras y médicos, nadie vio a la niña. Me fui dando cuenta de que todo había sido un timo de esa mujer sin conciencia. De la niña nunca más se supo de ella, por una puerta entró y por otra salió. Se me hundió el mundo en aquel momento, no sabía qué hacer o cómo reaccionar, ¿cómo se lo iba yo a decir a mi mujer?, que me estaba esperando que yo llegara con la niña. No sé como lo hice, aquello fue un drama y una desesperación que no se puede imaginar si no se sufre en nuestras propias carnes. Me sentí engañado en lo más profundo de mi ser, había jugado con mis sentimientos y con los de mi mujer. Todos nuestros esquemas se vinieron abajo, todas nuestras ilusiones se derrumbaron estrepitosamente. Jamás pude pensar que esa mujer tuviese tan malos sentimientos y nos engañara tan miserablemente. Mi primer pensamiento era denunciar a esa persona pero yo no podía actuar legalmente contra esa mujer, porque si la hubiese denunciado las consecuencias hubiesen sido nefastas para mi, ya que yo estuve actuando fuera de la Ley y me podrían haber acusado de compra de un niño con mi comportamiento ilegal.

Fue un trauma para mí, porque me sentía engañado y no podía reaccionar, pero para mi mujer fue mucho peor, le partí el corazón, porque aparte del engaño y la desilusión que le produjo aquel acontecimiento, tubo que descubrir todas mis mentiras, ella no se esperaba eso de mi persona. Los dos caímos en una depresión de caballo, que nos duró mucho tiempo, pues yo jamás esperaba un golpe tan duro. Pero si duro fue para mí, más duro fue para mi mujer que tenía puestas todas sus ilusiones en la niña. La herí cruelmente sin proponérmelo, pues fue buscando lo que los dos deseábamos desde hacia tiempo. Cuando le conté la verdad de la procedencia de la niña, no se lo podía creer. Le rompí todos los esquemas que tenia sobre mi persona, jamás pensó ella que yo la estaba engañando con una simple ramera. Perdió toda su confianza y fé que tenía en mi. Como era lógico nuestra relación se deterioro de tal manera que tardo mucho tiempo en normalizarse. Pero mi mujer fue más fuerte que yo, ella lo superó, perdonó aquellos errores míos, y pasó su depresión con más coraje que yo. La verdad es que no se cómo pudo superarlo con tanta valentía, todo lo contrario me ocurrió a mí, no supe o no pude reponerme y enfrentarme a las circunstancia, con valentía. Yo me sentía un muñeco, totalmente hundido, mi depresión duro mucho tiempo. Con mi cobardía solo hacia llorar y llorar de arrepentimiento y amargura, tuve que recurrir a médicos y psiquiatras para mitigar mi falta de ánimo y mis ganas de vivir, así mismo acudí a mis hermanos mayores a pedir consejo. Ellos se quedaron asombrados de mi forma de actuar y me reprocharon el no haber acudido antes a ellos, me dijeron que lo tomara como un accidente en mi vida. Pero de nada sirvieron ni los consejos médicos ni los de mis hermanos.

Fui un cobarde, no afronté con valentía mi gran fracaso, busqué refugio para mi depresión en el juego, fue la peor opción que pude elegir. Mientras tanto iba dejando mis obligaciones laborales en manos de otras personas empleadas mías que yo las creí legales conmigo y mis circunstancia. Pero se aprovecharon de mi debilidad y también me engañaron miserablemente. Fui delegando mis obligaciones hasta el punto de no aparecer por mi despacho como era mi obligación y atender a clientes, empleados y proveedores. Lo abandoné todo solo me interesaba el Casino o el Bingo. Mientras estaba jugando no me acordaba de nada y me sentía a agusto, evadiéndome de todos los problemas, tanto laborales como personales. Para bien o para mal estuve ausente de mi persona durante muchos años. Todo me daba igual, me sentía fracasado, cobarde e incapaz de reaccionar a mi situación anímica, que soportaba en aquellos tiempos. Mi adicción al juego iba creciendo escandalosamente, cada vez más se incrustaba en mi persona la enfermedad de la ludopatía, (que no llegue a entender hasta muchos años después) y no le veía solución. Lo que empezó como una evasión de mis problemas se iba transformando en una obligación diaria. Lo que fue una vía de escape a mis fracasos se transformó en unas enfermizas ganas de jugar, lo cual me llevo a la ruina, no solo económica sino a mi ruina moral pues estuve viviendo por y para la mentira. Yo que fui siempre una persona muy extrovertida amable con todos trabajador incansable con muchos amigos en todos los ámbitos muy relacionado y considerado, mi carácter cambió radicalmente convirtiéndome en una persona que no quería relación con nadie deje de tener las antiguas amistades no porque ellas me despreciaran sino porque yo en mi adicción fui auto marginándome para que no me molestaran.

En principio como digo iba a jugar para distraer mi pensamiento, después por intentar recuperar lo perdido pero me abandonó el control de los impulso y llegó el momento de ir porque necesitaba jugar, exactamente igual que el drogadicto necesita sus dosis diaria de droga para poder sobrevivir. Pero lo peor no era eso, lo grave era que cada día mentía más (que es el primer síntoma del jugador patológico) con mentiras absurdas que yo mismo me las creías y se las hacía creer a mi mujer. Si ella dudaba de algo mi reacción era siempre con voces destempladas y broncas inesperadas, aún me pregunto cómo mi mujer pudo aguantar tantas humillaciones y tantas mentiras. Motivos tuvo de sobra para haberme echado de casa cientos de veces, pero no lo hizo, ella aguantó estoicamente mis mentiras y mis broncas. Pienso que era porque me quería o quizás porque tuvo miedo de mi carácter que era agrio y violento, o por temor a quedarse sola y no ser capaz de salir para adelante por sus propios medios.

Hoy le agradezco aquellos miedos porque sin ellos seguramente en estos momentos no me quiero imaginar donde podría estar, seguramente estaría hecho un paria vagando por no sé dónde. Aunque yo siempre, (dentro de mi enfermedad ), la creía culpable de todos mis males, cosa que le pasa a todos los jugadores compulsivos, hasta el punto de desear que me dejara solo y poder disponer de las cuentas a mi manera. Tal era mi adicción al juego que necesitaba jugar a diario pero no para ganar sino porque llega el momento que me daba igual el no ganar o perder era solo para satisfacer mi adicción ¡Dios mío ! !cómo perdí el control de mis impulsos!.

Pero siempre juraba y perjuraba por mis vivos y mis muertos que eso mañana ya no ocurriría, por supuesto mi adición no me hacia cumplir mis juramentos, mi adicción era superior a mi voluntad de dejarlo, era mortal mi padecimiento, pero algún día esto se tenía que acabar pensaba yo. Pero afortunadamente llegó ese día, mis socios en la empresa en el año 84 se dieron cuenta que algo anormal estaba pasando en mi persona, pensaron que ¿cómo era posible que yo que había creado con mucho esfuerzo varias empresas y que las había levantado, de pronto se estaban hundiendo? Investigaron y descubrieron que yo estaba actuando de forma ilegal, en la empresa y descubrieron facturas falsas, copias de firmas fraudulentas, talones que no se correspondían, prestamos con firmas falsificadas y otras lindezas que me hubiesen llevado a la cárcel. Pero en correspondencia a mis buenos comienzos y a entender el drama que habíamos pasado y en consideración hacia mi mujer no me denunciaron. Pero en vez de ofrecerme ayuda psicológica o moral, me hicieron vender mis acciones a un precio ridículo o de lo contrario me denunciarían. Elegí vender a cambio del silencio, que por cierto algunos de mis socios no cumplieron y aún tengo letras de cambio no pagadas de ellos y nunca actué contra ellos por temor a represalias, no era capaz de reclamar lo que realmente me pertenecía.

Con el paso del tiempo pensé que quizás mis socios deberían de haber actuado de otra forma, pero ellos solo vieron que yo les estaba engañando y jamás pensaron de que yo era un enfermo que necesitaba ayuda, sólo pensaron que yo era un vicioso. Pero es que ni yo mismo sabia la ayuda que ellos me podían prestar, eso lo reconocieron 18 años después que me los encontré en Madrid de pura casualidad. Entonces no existían centros de rehabilitación ni había tanta información a cerca de la ludopatía, ni nadie que se preocupara de esos temas, sólo se pensaba que una persona así no es una enfermo, sino un vicioso y un sinvergüenza. Pero también pienso que yo tenía que haber sido el primero en reconocer que algo me pasaba, cosa que un jugador patológico no reconoce hasta que se ve con la soga al cuello.

Pues bien, decidimos dejar atrás más de 20 años de episodios muy buenos y también malísimos, dejamos muy buenos amigos y otros que me traicionaron, que nunca pensaría yo que lo harían. Pero bueno Dios los juzgará. Lo vendí todo, hasta el piso que habíamos comprado en Albatera, y decidimos irnos a vivir a Jimena de la Frontera, de donde es natural mi mujer. Decidimos empezar una nueva vida en un lugar donde nadie sabía nada de mis cosas pasadas y de mis adicciones. Creí que sería la solución a mis problemas con el juego, ya que al no disponer de dinero no jugaría, así fue nuestro pensamiento. Y así actuamos, durante unos meses mantuve mi abstinencia, porque no teníamos ni para comprar cosas necesarias. Con el dinero que conseguí vendiendo mis pertenencias y con la venta de un solar que habíamos comprados años atrás en Jimena, pudimos comprar un Taxi y ejercer de taxista en el pueblo. Así lo hicimos y comencé una nueva aventura con el taxi, rápidamente me hice de una “buena” clientela, las cosas empezaron a rodar muy bien, ganaba dinero y me pude comprar un piso en el pueblo. Cada vez las cosas me iban mejor, mis clientes aumentaron en proporción exagerada; se corrió la voz de yo era un taxista competente para los intereses de mis clientes. Porque todos eran “camellos “ y traficantes de drogas, gané mucho dinero, quizás demasiado. Jamás me implique en el negocio de las drogas, tenía mucho miedo, pero al mismo tiempo era leal a mis clientes, algunos de gran corazón a pesar de sus sucios negocios. Nunca me molestaron cuando fueron detenidos por sus implicaciones en el mundo de la droga. Yo me limitaba a llevarlos donde me indicaban, no podía registrar a nadie aunque si sabía, a lo que iban y lo que traían en sus cuerpos.

Simplemente cobraba mi trabajo como taxista y algunos me daban algunas propinas, pero de ahí no pasaba. Viajaba continuamente por toda Andalucía y Valencia, pude ahorrar dinero y pude estrenar hasta cuatro coches nuevos. Pero amigo, se me ocurrió pensar que ya estaba rehabilitado de mis adicciones y decidí de “probarme” para demostrarme a mí mismo que ya sabría controlarme y que podía con el juego. Craso error el mío, desgraciadamente fue una grave equivocación, mi adicción estaba en periodo de incubación, porque las consecuencias de mi recaída fueron quizás peores que mis principios. Cuanto más dinero ganaba en mi trabajo más dinero me jugaba en el bingo o en el casino. Otra vez comenzaron las mentiras y los engaños, los abandonos laborales, los malos royos y peores comportamientos. El control sobre mi persona totalmente perdido, hasta que tuve problema en mi trabajo como taxista la guardia civil me paraba cada vez que querían y registraban mi taxi continuamente. Incluso aunque fuese sin clientes, jamás me encontraron nada porque yo nunca llevaba nada en mi coche. Me advertían ellos mismo que dejara ese tipo de clientelas que yo tenía, que lo podía pagar muy caro. No les hice caso y seguía trabajando con ellos, porque necesitaba más dinero para mis “gastos en el bingo o casinos”, mientras tanto mi adicción iba en aumento y progresando en mi enfermedad.

Recuerdo que a mi mujer le entregaba todos los meses lo justos para el mes, mientras ganaba el triple de lo que le entregaba. El resto me lo jugaba en bingos, casinos, cartas o tragaperras. Cuando ella me reclamaba algún dinero para algo extra le decía que era una manirrota gastando dinero. Otra vez la desesperación y la desesperanza, las broncas, las peleas las mentiras y los engaños. Con el taxi hacia viajes ficticios, le decía a mi mujer que iba a Algeciras, Jerez o la Línea de la Concepción de viaje y que me costaban muy caros; pues aparte de ir de vacío, sin viajeros, sacaba el dinero con la tarjeta de crédito. No solo para justificar el viaje, sino también para jugar, eso eran muchas miles de pesetas. Pero como dije antes todo tiene un final y ese final llegó cuando empecé a tener miedo a la guardia civil. Tomé la decisión de dejar el taxi, pues la verdad además de la guardia civil que me traía acosado, comprendí que estaba en boca de todo el pueblo y que la gente murmuraban cosas que no eran ciertas. Tuve la gran fortuna de encontrar trabajo, por medio de un familiar de mi mujer, en la Refinería con una subcontrata de chofer de un camión tráiler. Pensé que esta era la fórmula para dejar mi adicción, pues al contar con una nómina y teniendo un horario que cumplir no podría estar pensando en el juego. Ya que las nominas las controlaba mi mujer, así estuve una larga temporada sin poder jugar por falta de dinero; vi el cielo abierto, ya no tenía porque jugar .

Mi comportamiento en la empresa era ejemplar, cumplidor trabajador, nada problemático, obediente, no me importaba salir de viaje con el camión los sábados o domingos y no me importaba hacer horas extra, un trabajador nato. Algo que le gustaba a mis jefes, rápidamente vieron en mi una persona de confianza y decidieron darme otros cargos más en consonancia por cómo era mi dedicación a la empresa. Me confiaron las compras de materiales y tener relaciones con los proveedores, me dieron libertad de disponer de efectivos para las compras de materiales y repuestos que faltasen para los vehículos y maquinaria de la empresa. Por dichas compras empecé a ganar más dinero por las comisiones que me daban los representantes de distintas firmas por comprarles a estas. Pues otra vez la misma historia, me vi en la tesitura de que yo era capaz de controlar el juego y volví a “probarme” por enésima vez. Cometí el mismo error, otra recaída y esta si fue fatal, hasta el punto de pensar en quitarme la vida; la única salida que yo veía para dejar mis sufrimientos a causa del juego. Estaba seguro que jamás sería capaz de dejar de jugar, estaba tan arraigada mi adicción que me estaba dando por vencido y estaba totalmente convencido de que terminaría mis días en la cárcel. Mi mujer me daba dinero para comer todos los días, cuando ami me pagaban la comida la empresa, el dinero me lo gastaba en el Bingo, de Algeciras o La Línea, si me daba dinero para el Gasoil, yo no lo echaba me lo gastaba en el juego, y después echaba el gas de la máquina o los camiones de la empresa. Recuerdo que me ingresaban la nomina en Unicaja de Jimena pero para evitar que mi mujer supiese lo que yo ganaba abrí una cuenta en La Linea en Cajasur para que me ingresaran la nomina en dicha entidad. Después yo ingresaba un talón con lo que yo creía conveniente y podía disponer del resto a mi antojo. En la empresa donde trabajaba substraía no solo el gasoil sino otras cosas hasta el punto de que ya no me importaba nada, que me sorprendieran robando el gasoil, era tal mi desesperación que todo me daba igual. Lo que quería era terminar ese sufrimiento que yo tenía, pero que yo no sabía o no quería atajar.

Como se puede ver mi adicción no la abandoné nunca. En esta empresa estuve trabajando doce años hasta mi jubilación anticipada en el año 2004 , en ese tiempo siempre lleve una doble vida; trabajador, cumplidor e inteligente para seguir engañando a todo el que se pusiese por delante. A pesar de esto yo sentía un sufrimiento y un sentimiento de culpa que no me dejaba vivir, estuve a punto de confesárselo a mis jefes, pero era demasiado cobarde para hacerlo. Gracias a Dios encontré min salvación en ”JARCA”. A continuación relataré algunos episodios, vivencias, experiencia, engaños y mentiras de mis etapas como jugador patológico. En primer lugar tengo que decir que los jugadores de azar rehabilitados no tenemos nada en contra del juego, porque este es innato en la persona desde que nace; como se aprende a andar, a crecer y hablar jugando. Estamos en contra de las consecuencias tan nefastas que causan la cantidad de apuestas ,rifas, loterías y todo tipo de juego que proliferan en el mercado y cada vez hay más tipos de juego. Y por supuesto estamos en contra de que se privaticen el sistema de lotería. Como dije anteriormente contaré algunas vivencias y experiencias amargas durante mi etapa de jugador. Así mismo también contaré algunas vivencias, estas positiva afortunadamente, desde que llegue a “JARCA”. Mi entrada a un Bingo por primera vez, fue en Alicante, en el bingo de la Plaza de la Diputación. Yo desconocía totalmente ese tipo de juego, había oído algo sobre éste pero nunca se me ocurrió entrar en él. Debido a mi estado anímico pensé que quizás me aportaría tranquilidad y sosiego a los males que yo había padecido . Así que entré a haber como era, así lo hice y tuve la “suerte” de cantar un par de bingos, que originaron unas ganancias suculentas. En aquellos tiempos ganar 25 ó 30 mil pesetas era una cosa extraordinaria, lo que me gusto bastante, pues además de ganar dinero me servía de evasión de mis problemas. Creí que aquello era una forma de ganar dinero muy fácil, sin complicaciones.

Al principio como digo tuve suerte, durante varios días lo frecuenté con asiduidad, con más o menos fortuna. Yo se lo contaba a mi mujer , que se lo tomaba con indiferencia ; incluso quería que alguna vez viniera ella con migo a jugar ,siempre rechazó la invitación, ¡menos mal! ¡Pero amigo, siempre no iba a ganar! Empezaron las pérdidas de dinero, ahí comenzó mi verdadera adicción al juego que duraron más de 20 años. Que fue mi ruina moral, económica y mi hundimiento como persona. Recuerdo con pesar como una vez que teníamos programada unas vacaciones a Ibiza con hotel y pasaje reservado, una noche entré en el casino de Villajoyosa, Alicante, perdí una gran cantidad de dinero y con la intención de recuperarlo y nos quedamos sin vacaciones durante mas de 20 años, porque ya nunca más guarde dinero para unas vacaciones, pero si conseguía dinero para mis “aficiones”; aquello fue muy triste y denigrante por mi parte. Otro peaje que tuvo que pagar mi mujer como consecuencia de lo mismo, fue una Noche de fin de Año ,vivíamos en Albatera en un piso de alquiler, recuerdo que me marché a Alicante, después de comer al medio día y me metí en un bingo. Las cosas me fuero mal, perdí aparte del dinero y la noción del tiempo. Me dieron las doce menos cuartos en Alicante, fui volando con mi coche hasta Albatera, 40 Km, mi sorpresa fue mayúscula cuando llego a casa y me encuentro a mi mujer en la puerta de casa llorando y enfadadísima . Se había dejado las llaves de casa en el interior y no pudo pasar hasta que no llegara yo; estuvo intentando localizarme, pero no pudo, antes no había teléfonos móviles. Aquella Noche Vieja fue de las más triste que hemos pasado nunca y todo por culpa de mi adicción al juego. Otra vez recuerdo con dolor, por mi mala acción, como fingí un robo con un amago de infarto. Tenía que pagarle la nomina a uno de mis empleado que vivía en Elche, le llevaba el dinero en efectivo . Recuerdo que pasé por un bingo que había en Crevillente y me paré para echar unas manitas al bingo, perdí mi dinero y el dinero de la nómina, entonces cuando salí del bingo y en plena carretera llamé a la policía muy apesadumbrado diciendo que me habían asaltados unos desconocidos y que me habían robado el dinero. A consecuencia de aquello me había dado un síncope aún no sé cómo se la pude “pegar” a la policía y al médico de guardia de Crevillente, alarmé a todo el mundo y le di un susto de muerte a mi mujer, pero el empleado se quedo sin su sueldo, porque prometí llevárselo y nunca se lo lleve. Siempre estaba con las mentiras y los engaños era vivir por y para la mentira, no tenía solución.

Esto que he contado me paso durante mi etapa de jugador en Alicante, se me quedan muchas cosas en el tintero ,porque sería interminable las anécdota todas amargas que me ocurrieron durante esa etapa en Alicante. Para mí son muy dolorosas de recordar. Cuando pensamos de venirnos a vivir a Jimena de la Frontera creíamos que ya estaba todo solucionado, y que no tendríamos esa angustia del juego, ya conté anteriormente mi paso por Jimena y mi suerte en los trabajos, pero también tengo muchas anécdotas bastantes triste, y dolorosas pero las cuentos y las tengo presente para que no se me olviden porque si son dolorosa más doloroso seria olvidarlas y volver a sufrir aquellas malas experiencias. .Esto que he contado me pasó durante mi etapa de jugador en Alicante, se me quedan muchas cosas en el tintero ,porque sería interminable las anécdota todas amargas que me ocurrieron durante esa etapa en Alicante. Para mí son muy dolorosas de recordar pero mas doloroso seria no recordarlas. . Así que contare también mis vivencias en Jimena de la Frontera ,primero mis andanzas con el taxi, que fueron muchas y muy desagradable de recordar pero aunque me duelan de comentarlas las he de comentar. Recuerdo con pesar que cuando iba con algún viajero para visitar algún médico u otra gestión en La Linea o en Algeciras yo siempre preguntaba a los clientes que tiempo tardarían en la visita, para yo mientras irme a algún bingo a pasar el rato de espera ,pero muchas veces se me iba la noción del tiempo y dejaba a los clientes esperando durante horas con la consiguiente enojo de los mismos, una vez estuve en Sevilla con un pasajero y había que esperar según me dijo varias horas pero resulto que la gestión se adelanto y en una hora termino pero yo no aparecí por el taxi hasta varias horas después, este cliente estaba desesperado y estuvo llamando a mi mujer por teléfono para saber de mi, pero claro no sabía donde yo estaba así que alquilo otro taxi en Sevilla y se vino a Jimena y yo mientras estaba en un Bingo de Sevilla sin acordarme del viajero.

Muchos domingos cuando mi mujer iba a misa de las diez de la mañana yo sabía que la misa duraba una hora aproximadamente y que ella volvía a casa sobre las doces yo me hacia mis cálculos y me marchaba con el taxi sin viajeros a Algeciras ,el bingo empezaba a las diez de la mañana a funcionar y a mí me daba tiempo de echar algunas partidas y rápidamente me volvía para Jimena para estar a tiempo a las doce en casa y ella ni se enteraba que yo había estado en Algeciras jugando, una vez deje el taxi mal aparcado y se me lo llevo la grúa y lo pase muy mal pues no tenía dinero para sacar el taxi del depósito y además no llevaba la tarjeta de crédito tuve que recurrir a un amigo para que me prestara el importe de la salida del depósito inventándome una de tantas mentira. Mi mujer tenía a su hermano enfermo en Barcelona en estado terminal y ella quería ir a verlo antes de que su hermano falleciera me pidió de ir a Barcelona y yo no lo dude un momento le busque rápidamente un pasaje para que se marchara yo vi el cielo abierto porque iba a estar unas semana solo y sin control lo primero que hice fue solicitar un préstamo a la caja de ahorro el cual me lo adelantaron rápidamente falsifique su firma y me dieron las 500,000 mil pts.

Y solo me duraron seis días, las perdí en los bingos de Algeciras y La Línea, cuando regresó de Barcelona yo tenía la mentira preparada y le dije que ese dinero lo había sacado porque la empresa donde yo trabajaba nos había solicitado a cada trabajador para evitar el cierre de la empresa las 500,000 mil pts hasta yo me crei la mentira. Recuerdo las veces que se me averiaba el alternador batería ruedas o cualquiera pieza por la única razón de justificar algún engaño por tener dinero para jugar. Muchas veces la llamaba por teléfono diciéndole que no me esperara para comer al mediodía o para cenar porque me quedaría a trabajar hasta altas horas de la noche haciendo horas extras, eso lo hice cientos de veces y cuando llegaba a casa siempre de mal humor y enfadado por mis perdidas que eran cuantiosas llegaba con ganas de bronca y las culpas las pagaba mi mujer con reproches y malos modos Si este relato de mis memorias sirven para ayudar aunque solo sea a una personas, me sentiría satisfecho ,pero mi recomendación es que si alguien padece esta enfermedad que nó lo dude que reconozca que tiene ese problema acuda sin temor a una asociación de ayudas a ludópatas ,en Andalucía esta FAJER que a su vez cuenta con una asociación en cada una de las provincia de la Comunidad de Andaluza.

Después de haber hecho un repaso de mi doble vida como jugador y de todas mis miserias durante más de veinte años, pasare a contar mis vivencia desde que ingrese en “Jarca”. Debo decir que el día que yo decidí pedir ayuda lo hice sin consultarlo con mi pareja ya que mi intención era intentar mi rehabilitación en solitario y sin que ella se enterara del paso que yo tenía pensado de dar, cuando llame a la asociación y le explique que yo quería hacerlo en solitario porque tenía gran temor a la reacción de mi pareja y además sentía vergüenza de que los amigos y compañeros de trabajo se enteraran que yo estaba en un centro de rehabilitación, en la asociación me hicieron ver que era un error que no debía de hacerlo en solitario que se lo comunicara a mi pareja que me serviría de gran ayuda y al mismo tiempo a mi pareja también le serviría para hacerle ver que ella estaba tan enferma como yo mismo ya que era una persona codependiente de mi enfermedad que había estado sufriendo mis mentiras y mi doble vida durante muchos años ,decidí de contarle mi deseo de ingresar en “Jarca” y preguntarle si estaba decidida a ayudarme e ingresar conmigo, creo que ella esperaba este gesto por mi parte porque su reacción fue de total normalidad y acepto el venir a la asociación para ayudarme ,mi sorpresa fue de perplejidad lo que yo esperaba eran reproches y negativas pero jamás esperaba una aceptación sin condiciones algunas, se han cumplido diez años de mi ingreso en “Jarca” y nunca le podre agradecer ami mujer lo que hizo por mí en aquellos momentos después de tantos sin sabores que yo en mi enfermedad le hice de pasar. MI ingreso en “Jarca” se produjo un día de Febrero del año 2000, jamás olvidare esa fecha tan importante para mí ya que sirvió para enderezar mi rumbo y entender que yo era una persona enferma y que mi mujer estaba peor que yo. Cuando me recibieron dos monitores que yo no conocía de nada y me acogieron con aquella amabilidad y comprensión y me dijeron que no me sintiese culpable de padecer esta enfermedad mental que me absorbía los sentidos y no me dejaba de pensar o reaccionar por mi mismo yo era una persona enferma y así tenía que admitirlo .

Cuando aquellas dos personas me relataron sus vidas y sus vivencias sin conocerme de nada entendí que yo había perdido muchos años intentando dejar mi adicción yo solo, cosa jamás pude conseguir ni hubiese conseguido si no llego a ingresar en el Centro, mi asombro iba en aumento conforme avanzaba la acogida ya que todo lo que me estaban contando era un espejo de mi vida de jugador por eso le llaman “terapias de espejo”( yo llegue a pensar que primero había ido mi mujer a contarles mi vida),por eso rápidamente comprendí que el Centro era el sitio que yo en mi fuero interno fui buscando durante muchos años pero que yo no sabía o no quería encontrar pero que afortunadamente aunque tarde lo encontré. Llegue con muchos temores y prejuicios a “Jarca” no sabía lo que me esperaba durante el tratamiento y miedo al qué dirán, de mi gente y mis amigos ,en particular de mis hermanos mayores que estaban orgulloso de mi persona, por haber llegado tan lejos en la empresa no se que pensarían después de lo pasado por mí, pero cuando les conté que había decidido entrar en el Centro ellos me animaron a seguir y contaba con su apoyo moral así como el de resto de familia eso me dio fuerza para seguir en mi rehabilitación.

El primer día de terapia yo sentía tal sentimiento de culpabilidad que no podía articular palabra, por las vivencias que escuchaba de los demás compañeros de terapia y mis sentimientos encontrados, solo hacia sollozar, el sentimiento de culpabilidad me acompaño durante algún tiempo pero me enseñaron que me tenía que sentir responsable de lo que me ocurrió y que el sentimiento de culpabilidad desaparecería con el tiempo. Yo pensaba que era una desgracia estar en el Centro de rehabilitación, pero un compañero ya antiguo me dijo una vez que algún día me alegraría de haber ingresado en “Jarca” y desde luego tuvo razón fue la mejor apuesta que yo hice en mi vida. Desde el primer día me involucré en la asociación participando en todos los eventos que organizaba tanto“ Jarca” como la federación cumpliendo el Decálogo de obligado cumplimiento que nos daban al entrar en el Centro y acudiendo a convivencias y congresos organizados por dichas entidades. El principal e ineludible cumplimiento era no faltar las terapias que realmente es la mejor y única medicina para poder rehabilitarme y en las terapias hablar y soltar todas las miserias acumuladas durante años que eran muchas no mentir ni guardarse nada dentro de sí y en particular decir la verdad sobre deudas contraídas en el juego, porque si no lo contaba en esos momento era señal de que seguiría mintiendo yo estaba deseando de contar cosas porque era el único lugar donde no me interrumpían en mis relatos no habían reproches ni me criticaban nada de lo acontecido en mi vida anterior ni siquiera mi pareja que asistía a las terapias, qué por cierto se quedaba asombrada de las vivencias que yo contaba e incluso yo me decía a mi mismo como era posible acumular tantas mentiras y daño hecho a mi pareja y ami mismo por culpa de esta adicción.

Como digo anteriormente participaba en todos los eventos organizados y en las convivencias y congresos, me gustaba siempre escribir “comunicados libres” y después leerlo en público escribí bastante y siempre me sentía mejor al pensar que mis comunicados podían ayudar a todos lo que entraban nuevo. Mi vida dio un giro de 180 grado ,hoy puedo dormir tranquilo no me preocupa para nada la llegada del cartero ni los llegadas de los extractos de los bancos ni temo la llegada de ningún deudor y puedo mirar de frente en una palabra soy una persona totalmente libre puedo pensar por mí mismo y poder ir por la calle sin esconderme de nadie y mirar a las personas sin ruborizarme por mi enfermedad, cierto es que lamento no haber acudido algunos años antes a “Jarca” me hubiese evitado muchos sufrimientos y sin sabores .

Pero afortunadamente hoy puedo decir que soy jugador rehabilitado y no juego porque no quiero y no necesito jugar para nada ,pero soy consciente que la ludopatía no tiene cura tiene rehabilitación y no dejar de pensar que soy una persona adicta por eso debo de tener y tengo mucho cuidado en no cometer errores que me puedan llevar a una recaída que realmente sería lamentable, soy monitor y terapeuta damos charlas por colegios centros educativos y otros colectivos e invito a toda aquella persona que tenga esa enfermedad que no lo dude y acuda. Yo decidí quedarme para de alguna manera poder ayudar y hacer por otras personas lo que otras hicieron por mi desinteresadamente.

No puedo terminar mi relatos de mis experiencias vividas durante mi etapa como jugador patológico sin antes no hago público mis agradecimientos a mis compañeros de “JARCA” en particular a los monitores y terapeutas que tuvieron tanta paciencia durante mi tratamiento y que gracias A ELLOS hoy estoy rehabilitado, así mismo agradecer a toda mi familia a mis hermanos y sobrinos por la comprensión que mostraron ante mi enfermedad así como a la principal persona que estuvo a mi lado en todo momento sin desmayo y aguantando y perdonando todo el mal que mi adicción había causado nunca se lo agradeceré lo suficiente. Espero que este relato de mi s memorias de jugador patológico pueda ayudar al que lo lea a que tenga mucho cuidado con el juego y que nunca diga (yo no caeré).