LudopatÃa; destruye vidas en silencio
Desgarradora es cada historia que relatan en un grupo de ayuda para adictos al juego, le dicen ludopatía, una enfermedad poco observada, se desarrolla en silencio y destruye la vida del enfermo y sus familias.
Jugar el patrimonio en un casino se puede volver una adicción que produce tanto o más placer que cualquier droga psicodélica de última generación, la diferencia es que el juego es legal, poco regulado en el aspecto de la salud, y hay casi nada de prevención.
Estos son los testimonios de personas que vieron sus vidas destruidas por el juego, algunas no sabían que existía la ludopatía, al verse inmersos en la adicción, contemplaron el suicidio como una salida, hasta que encontraron ayuda.
Avaricia
“Yo estaba obsesionada con el dinero, trabajaba mucho y como descubrí que en el casino aparentemente estaba fácil ganar, me hice muy ambiciosa, me obsesioné con ganar cantidades grandes, ganar 10 mil pesos no era nada, si ganaba 20 mil ó 30 mil, quería llegar a los 100 mil pesos”, relató Patricia “N”.
“Cómo de pronto llegaba a ganarlos, seguía, pero en realidad ya había perdido 300 mil pesos, me hacía tonta sola, porque yo por diez años perdí todo, tuve que sostener mentiras con mi esposo para que no supiera que gastaba nuestros ahorros apostando”, compartió Patricia en una sesión de ayuda.
Patricia miraba el juego como un reto, su realidad era tan distorsionada que lo sentía como un trabajo en el que se esforzaba por obtener ganancias en el Casino, pero de peso en peso, acabaría con las finanzas de su hogar.
“Mucha gente no sabe lo que es la ludopatía, yo sí sabía, me quise creer más inteligente, porque mi hermano es ludópata, muchos de mis parientes por parte de mi papá son ludópatas, y yo decía que no me iba a pasar”, declaró en la sesión.
Hace seis meses, Patricia se armó de valor y le confesó a su esposo que se había gastado todo su patrimonio forjado por diez años, todo se había quedado en las máquinas de un casino.
Cuando notó que su comportamiento era un problema, lo intentó dejar de poco a poco, pero eso solo la hundió, lo sabía desde hace mucho, pero no lo aceptó por soberbia, confesó.
“Ningún acumulado me va a regresar mi dinero, ni mi salud, mi familia está patas ‘pa arriba’, pero la tengo, ahora solo intento recordarlo para no sucumbir al casino, porque estoy agarrando los pedacitos para reconstruir mi vida como siempre la quise”, compartió Patricia.
“Sin el grupo yo nunca pude, necesito que me recuerden cada semana que es falso, porque si no vuelvo a caer en esa fantasía, en esa puerta falsa”, describió Patricia.
Hay que pagar
Laura “N” Tiene seis semanas sin jugar y cuando le viene a la mente el juego trata de distraerse, se le vienen a la mente las personas a las que les pidió prestado, a una de ellas la cantidad de 5 mil dólares desde hace ocho años.
“Hice esa llamada, le dije que la quería mucho y que no la quería perder, en diez años le debo todavía 2 mil dólares, ‘perdóname’ le dije, estoy enferma, y le conté del cuarto paso y muy contenta me dijo que poco a poco le pagara”, platicó Laura.
Laura debe 14 tarjetas de crédito, su prioridad es pedirles perdón a las personas que les pidió dinero llorando, fingiendo que pasaba por una tragedia. Ahora trata de no tener más de 50 pesos en la bolsa para no caer en la tentación de ir a apostar.