55 1324 1082 / 55 3888 2094
contacto@umbral.mx
 
Creando estilos de vida sanos

Lo que no te dicen de las apuestas

La primera vez gané y ahí quedé enganchado. Sentí que había encontrado una forma rápida de ganar dinero, algo que ‘todos’ estaban haciendo.

Pero con el tiempo, las cosas se descontrolaron. Cada vez que perdía, apostaba más para recuperar lo perdido. Llegó un momento en que ya no apostaba por gusto, sino por desesperación. Me quedaba hasta las tres o cuatro de la mañana mirando partidos que ni entendía, buscando cuotas ‘milagro’.

Empecé a mentir. A mi familia, a mi pareja, a mis amigos. Les decía que estaba bien, pero por dentro me sentía un desastre. Un día me di cuenta de que había gastado casi todo mi sueldo y hasta llegué a tomar dinero que no era mío. Ahí entendí que había tocado fondo.

Lo peor no fue el dinero: fue la vergüenza, la ansiedad constante, la sensación de no poder parar. Sentía que mi vida giraba alrededor del juego. Me despertaba pensando en apostar y me acostaba arrepentido.

Pedir ayuda fue lo más difícil, pero también lo mejor que pude hacer. Ahora estoy en tratamiento y aprendiendo a controlar los impulsos. Todavía me cuesta ver publicidad o que alguien comente que ganó una apuesta. Pero estoy tratando de recuperar mi vida, mi confianza y mis relaciones.

No es fácil, pero se puede salir. El juego no es entretenimiento cuando te destruye por dentro.