Volver a mirarme con amor: mi recuperación después de la bulimia.
“Durante años viví atrapada en un ciclo de culpa, atracones y castigo. Nadie lo notaba porque siempre sonreía, estudiaba y me veía ‘normal’. Pero dentro de mí había una guerra constante con mi cuerpo. La bulimia me hizo sentir vergüenza de existir, como si todo en mi vida girara en torno a lo que comía o no comía.
Buscar ayuda fue lo más difícil, porque pensaba que no merecía estar bien. Pero cuando hablé con mi familia y una psicóloga, algo cambió. Aprendí que no se trata de controlar la comida, sino de sanar lo que hay detrás: el miedo, la tristeza, la presión por encajar.
Hoy sigo en recuperación, con días buenos y otros no tanto, pero ya no me castigo. Comer dejó de ser un enemigo y volví a mirarme al espejo con compasión. Si alguien que me lee está pasando por esto, quiero decirle que no está solo, y que sí se puede salir adelante.”
— Camila Reyes, 27 años.
|