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Creando estilos de vida sanos

"Odio de metanfetamina".

Una mujer relata cómo cayó en la adicción al cristal a los 17 años, inducida por su pareja violenta. Para evitar que él la golpeara, aceptó consumir la droga, lo cual deterioró su rol como madre y su bienestar físico y emocional. Durante 10 años vivió en una espiral de abuso, prostitución, alucinaciones, pérdida de salud y situaciones extremas. Tras una visita a casa de su madre, fue internada en un centro de rehabilitación por segunda vez. 

"Tengo aquí en el centro de rehabilitación cinco meses. Me siento súper jodida. Ya son 10 años de adicción, de alucinar que en mi cabeza vive un gusano que camina bajo el cuero cabelludo y de tomarme selfies esperando retratar al animal. Mi cabello es otra historia, ya no me crece y los dientes se me caen porque el cristal tiene muchos ácidos que descalcifican y sacan caries; además, entre los cristaleros, es común que alucinemos que tenemos comida metida en las muelas y por eso las picamos con una aguja hasta que las terminamos rompiendo.

La historia más extraña que he vivido desde que fumo es el sexo con animales. Mi ex pareja se cogía a las gallinas que su abuelo dejaba en nuestra casa y de vez en cuando también a nuestro perro. Lo sé porque una vez se salió al patio y ya no regresó. Salí a buscarlo y escuché ruidos en el cuarto de herramientas, abrí la puerta y lo vi cogiéndose a una gallina. Cuando me vio la aventó y se fue como si nada. La segunda vez que lo miré estaba en la sala con los pantalones abajo: se la estaba metiendo de perrito a nuestro perro. Es que a la metanfetamina le ponen yumbina y eso te pone muy caliente. Hay personas a las que se les voltea la hormona y tienen relaciones con los de su mismo sexo. Nunca me he hecho lesbiana pero sí he participado en tríos y algunas parejas que he tenido me han pedido que les meta pepinos o zanahorias por detrás. Es tanta la calentura que uno es capaz de todo, y como yo ando igual, no lo veo tan raro."

Aunque lleva cinco meses limpia, expresa sentirse muy afectada física y mentalmente. Su testimonio revela los daños profundos del cristal y su entorno de violencia y degradación.