“Perdí el control sin darme cuenta”
"Empecé apostando por curiosidad, con montos pequeños. Al principio ganaba y eso me motivaba a seguir. Pero cuando empecé a perder, no podía parar: siempre pensaba que con la siguiente apuesta recuperaría todo. En menos de un año perdí mis ahorros, oculté deudas a mi familia y casi pierdo mi empleo. Lo más duro fue darme cuenta de que no jugaba por diversión, sino por desesperación. Hoy estoy en terapia y me doy cuenta de que no es solo un problema individual, el sistema está diseñado para atraparte."
— Luis Ramírez, 34 años.
|