Cuando el gimnasio dejó de ser salud y se convirtió en obsesión
“Nunca creí que podría sufrir este problema, hasta que después de dos años obsesionado con el gimnasio, me di cuenta que mi obsesión se había transformado en mi peor pesadilla... Entrenaba tres veces a la semana y el segundo semestre de ese año pasé a entrenar todos los días, y no paré en cuatro años... Mis papás me apoyaban, pensaban que practicar deporte estaba perfecto... Una carta de la universidad advirtiendo que podía ser expulsado por mi falta de compromiso fue el desencadenante. Mis padres llegaron a pensar que estaba involucrado en drogas... Finalmente, los exámenes revelaron daños graves en el hígado por el uso de diuréticos para disminuir el líquido corporal.
Actualmente, si quisiera tener un hijo, no podría. Tengo fallas en mi potencia sexual, bajos niveles de testosterona... Dejé de ir al gimnasio hace un año, tengo prohibición absoluta, pero siento que me veo flaco aunque peso 90 kg, mido 1.80 m y mi porcentaje de grasa es bajísimo... Ando en bicicleta todos los días, tengo una obsesión por la masa muscular y el ejercicio, por la cual me estoy tratando. El término 'vigoréxico' lo conocí hace pocos meses, cuando mi psiquiatra me lo diagnosticó.”
— Testimonio anónimo
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