Convertí mi lucha en activismo: vivir toda mi vida con obesidad
Liz Paul (advocate estadounidense para la obesidad)
He vivido con obesidad toda mi vida. No fue por falta de actividad: de niña jugaba al fútbol, corría, comía con mi hermana lo mismo que ella. No consumíamos comida chatarra, pero aún así viví en un cuerpo más grande que el promedio
Mi primer intento serio de dieta fue en sexto grado, porque mis padres me prometieron dinero para un viaje escolar si bajaba de peso. Me llevaron a Weight Watchers y yo era la más joven entre varias mujeres mayores — fue mortificante y nada empoderador
La adolescencia y juventud fueron ciclos constantes: bajaba 30 libras, ganaba 40; perdía 60 y recuperaba 70. Tras un embarazo complicado con preeclampsia, casi muero. Volví a perder un muchacho mientras documentaba todo en un blog, pero empecé a recuperarlo. Then my meniscus tore and I couldn’t exercise; I spiraled back into depression and regained weight. All of this happened in public – online trolls would say things as cruel as my own internal critic
En una conferencia de la Obesity Action Coalition supe algo que nadie me había dicho: la obesidad es una enfermedad, no tu culpa, pero sí tu responsabilidad. Esa revelación fue transformadora; me dio una nueva mentalidad para cuidar mi salud física y mental simultáneamente
Hoy, como defensora del cambio, enfrento el estigma sistémico: me han negado cirugía bariátrica o acceso a medicamentos, y me han acusado de mentir sobre mis registros de alimentos. Incluso en emergencias médicas me han empezado a hablar sobre mi peso cuando no era pertinente
Pero compartir mi historia ha sido empoderador. Ojalá más personas comprendan que la obesidad es un problema complejo que merece atención médica justa — no juicio. Si bien no es culpa de nadie, es una responsabilidad de quien la vive. Yo elijo cuidarme, fomentar mi bienestar físico y emocional, y luchar para que otros reciban el mismo derecho a un trato digno y apoyo real
|