Se me perdió todo: Quiero ayuda
Doña Gloria relata con lágrimas la noche en que el agua irrumpió su casa de golpe:
“Quiero que me den ayuda porque perdí todo lo de mi casa… Se me perdió televisión, estufa, todo lo que es de la casa. Todo se me perdió. Soy sola yo aquí y no tengo nada.”
El viento de la inundación subió tan inesperadamente que tuvieron que subir a doña Gloria a la azotea “a gatas”. Para esa mañana, lo único que tenían era un colchón y unas cobijas entregadas por vecinos, pues las autoridades no les habían brindado apoyo alguno:
“Me trajeron un colchoncito y es el que tengo en la cama… No tengo ni quién me ayude.” Grupo Milenio
Pero el despojo no fue solo de objetos: también perdió su dignidad. “Se me echó a perder toda la ropa… no tengo refri, no tengo nada” —confiesa entre sollozos:
“Lo que me hace falta es un roperito que no tengo dónde echar la ropa. Está repleto de puro lodo… Estufa no tengo. Despensa también ya me dieron, pero pues en qué hago si no tengo refri, no tengo nada.”
Sin redes familiares ni respaldo estatal, la resiliencia de doña Gloria depende únicamente del apoyo de vecinos. Su mensaje es desgarrador:
“Quiero que me hagan favor de darme una ayuda… porque no tengo nada.”
Su testimonio es un llamado urgente: no solo urge reconstrucción de viviendas e infraestructura, sino también un plan real y equitativo para garantizar que personas vulnerables, especialmente adultos mayores, reciban asistencia después de eventos extremos como este.