Victima del narcisismo
He sido una mujer académica, cálida y con buenas relaciones con mis compañeros de trabajo y alumnos. Soy hermosa, pero no lo creía, paciente y con frecuencia admiran mi inteligencia. Sin embargo, soy víctima de un esposo perverso narcisista que me enredó con su inteligencia y sueños de una familia amorosa y perfecta. Primero fue amable, estuvo allí siempre que lo necesité, poniéndose en el lugar de otras personas que eran mi apoyo, mi primer esposo en primer lugar, quien me descuidó a pesar de amarme profundamente y dejó espacios vacíos que fue llenando mi victimario. Mi familia, que por la distancia fue dejando vacíos, mis amigos a quienes fui alejando poco a poco hasta quedar casi sola con él y nuestros hijos.Cuando ya todo el panorama estaba perfecto, familia de cuatro miembros, felices y contentos comenzó a desplegar la amargura. Menospreció mis logros personales como madre, esposa y también los profesionales, afirmando eso sí, que me admiraba y que los demás no lo hacían de forma suficiente. Como teníamos perfiles profesionales parecidos, llegaba a trabajar conmigo en grupos en donde yo era bastante exitosa y luego de que él llegaba, se amargaba mi espacio laboral y perdía el trabajo. Eso mismo pasó con cada uno de mis amigos, él se acercaba a ellos, los invitaba a cenar y poco a poco los fue espantando uno a uno hasta que aprendí a vivir una vida paralela. Busqué un trabajo que él no admirara, renuncié a mi éxito laboral y me «bajé de perfil» pero aquí ya no me alcanzó. Tengo amistades nuevas pero las guardo en secreto para que no me los espante. Hace cuatro años estaba realmente mal, emocional y económicamente. Llevo estos años recuperándome económicamente de las deudas que contraje a nombre mío para solventar sus compras compulsivas. El exceso de responsabilidad fue mi punto débil y quedé atrapada por los bancos. Paralizada sin poder moverme y ahí llegó el punto de mayor maltrato psicológico. Asistí a terapia psicológica por recomendación de él, porque me adjudicaba grandes culpas en todo, pero le salió el tiro por la culata, porque en lugar de caer más bajo, la terapia me abrió los ojos y estoy en el camino de la liberación. Espero tener más fuerza para dar la estocada final y salir huyendo, pero evitarle el dolor de una separación a mis hijos me paraliza. Ahora me siento fuerte y capaz de soportarlo, pero veo que ahora se ensaña con mi hijo mayor. Sé que necesito ayuda adicional y bueno… espero recibirla pronto.