Testimonio de un paciente de Clínicas CITA de anfetáminas: Caer y levantarse
Yo tomaba un medicamento para la hiperactividad bajo la prescripción médica, pero para contener mi dolor fui incrementado las dosis hasta límites peligrosos para mi salud y mi cordura. Tras un ingreso en CITA salí con el propósito de no volver a consumir, pero el exceso de confianza y el regreso a la soledad y a los problemas emocionales me hizo flaquear. ¿Qué me daba el consumo? Paz. Y disminuía el dolor insoportable que sentía. Hasta que la paz se convirtió en más dolor, más soledad y más angustia. Ahora he vuelto a CITA más dócil, más humilde, más asustado, y con menos urgencias. Durante el anterior ingreso desoí el consejo de darme más tiempo, de resolver hasta donde pudiese mis problemas antes de volver a mi vida de cada día, pero las ganas de volver a casa, mi confianza en mis posibilidades y mi fantasía de que todo iba a resolverse positivamente precipitaron mi salida en falso y mi vuelta al consumo. Ahora no me he puesto fecha ni urgencias. Si yo no estoy bien no estaré en condiciones de buscar la mejor solución y mantenerme abstinente. Y sin la abstinencia me pongo en peligro a mí y a quienes quiero. Así que me enfrento a mi adicción como a una guerra: con valor, con esperanza, con respeto, con estrategia y con confianza.