El miedo a la teorofobia

Sí ciertamente me estreso cuando me enfrento a situaciones que no puedo controlar, en mi caso mi reacción es a sobreplanificar y tardar en emprender cosas hasta tenerlo todo bien “atado” (eso a veces me ha dado algún problemilla por no atajar algunas cosas rápidamente, por no tener claros todos los pasos: prefiero esperar a precipitarme). Obviamente, cuando era un niño pequeño creía en seres sobrenaturales (brujas, fantasmas, monstruos, duendes, …) más tarde la educación religiosa me infundió el miedo a que “podía pecar e irme al infierno”, de adolescente tenía miedos a cosas ridículas relacionadas con la falta de aprobación de mis congéneres. Pero a medida que aprendí a calibrar adecuadamente las cosas fue perdiendo miedos, dejé de creer en supersticiones paranormales, dejé de preocuparme por los designios de Dios y el pecado y cosas obsesivas de la tradición católica y cristiana, más tarde entendí que era sencillamente imposible agradar a todo el mundo y uno debe elegir entre cosas deseables o entre cosas desagradables eligiendo la mejor o la menos mala y así. Obviamente, a veces veo cosas que me preocupan y que puedo no calibrar bien, al principio (la salud propia o de los familiares, Hacienda, la inseguridad ciudadana general, y todas esas cosas en las que los noticieros y la televisión tratan de asustarnos a diario). Lo contrario del miedo es amar las cosas como son, aceptar el papel que el mundo nos ha reservado como decía Epícteto, y entender que a nadie le toca nada que no pueda soportar (al fin y al cabo se supone que lo peor que puede pasarnos es morir, pero cuando nuestra muerte llegue nosotros no estaremos, y mientras estamos nuestra muerte no llega!).