
10 de October del 2025
El alcohol y las bebidas alcohólicas contienen etanol, que es una sustancia psicoactiva y tóxica cuyas propiedades pueden producir dependencia. El alcohol se ha utilizado ampliamente en muchas culturas durante siglos, pese a estar asociado a importantes riesgos y daños para la salud.
En 2019, se produjeron en todo el mundo 2,6 millones de muertes atribuibles al consumo de alcohol; de esta cifra, 2 millones fueron hombres y 0,6 millones, mujeres. Los niveles más altos de muertes relacionadas con el consumo de alcohol por cada 100 000 personas se observan en las regiones de Europa y de África de la OMS, con 52,9 y 52,2 muertes por cada 100 000 personas, respectivamente.
El consumo de alcohol afecta de manera desproporcionada a los jóvenes, de 20 a 39 años, y este grupo de edad concentró el mayor porcentaje (13%) de muertes atribuibles al alcohol en 2019.
De los datos sobre el consumo mundial de alcohol en 2019 se desprende que unos 400 millones de personas de 15 años o más viven con trastornos por consumo de bebidas alcohólicas, y unos 209 millones, con dependencia del alcohol.
Ha habido algunos avances: de 2010 a 2019, el número de muertes atribuibles al consumo de alcohol por cada 100 000 personas disminuyó un 20,2% a nivel mundial.
Se ha producido un aumento constante en el número de países que formulan políticas nacionales sobre el alcohol. Prácticamente todos los países gravan el alcohol con impuestos especiales. Sin embargo, los países señalan la injerencia continua de la industria de las bebidas alcohólicas en la formulación de políticas.
Según los datos de 2019, alrededor del 54% de los 145 países que presentaron informes disponían de directrices/normas nacionales relativas a los servicios de tratamiento especializado para los trastornos por consumo de bebidas alcohólicas, pero solo el 46% de los países contaban con reglamentos para proteger la confidencialidad de las personas sometidas a tratamiento.
El acceso a cribado, intervención breve y tratamiento en el caso de las personas que consumen alcohol de manera peligrosa o con trastornos por consumo de bebidas alcohólicas sigue siendo muy bajo, así como el acceso a los medicamentos para tratar los trastornos por consumo de bebidas alcohólicas. En general, el porcentaje de personas con trastornos por consumo de bebidas alcohólicas que están en contacto con los servicios de tratamiento va de menos del 1% a un porcentaje no superior al 14% en todos los países en los que se dispone de estos datos.
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