25 de August del 2025
Aunque plataformas como TikTok, Instagram y Snapchat han implementado nuevas herramientas de seguridad, expertos señalan que estas medidas siguen siendo insuficientes para proteger a los adolescentes de los riesgos en línea.
Los controles parentales —como el Centro Familiar de Snapchat, que permite a los padres ver con quién interactúan sus hijos— pueden ayudar, pero presentan limitaciones: los adolescentes pueden mentir sobre su edad, los algoritmos continúan recomendando contenido dañino y la responsabilidad recae en gran medida sobre los padres, quienes muchas veces carecen del conocimiento necesario para manejar estas plataformas.
Especialistas en organizaciones como Common Sense Media y Fairplay advierten que los algoritmos de las redes sociales son un problema central: promueven adicción, exponen a material nocivo y priorizan el tiempo de conexión de los adolescentes para generar más ganancias. Además, funciones como los mensajes que desaparecen en Snapchat facilitan el ciberacoso.
A pesar de los esfuerzos, los adolescentes logran burlar fácilmente las restricciones de edad, lo que hace evidente que las medidas actuales son paliativas y no atacan de raíz la problemática. Casos como el de Instagram, señalado por afectar la salud mental de jóvenes —sobre todo mujeres—, muestran que se necesitan regulaciones más estrictas y acciones más profundas por parte de las empresas tecnológicas.
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