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Te hablamos de las adicciones
  • Drunkorexia, la peligrosa tendencia que puede poner en riesgo tu salud

31 de diciembre del 1969

No es ningún secreto que cada vez surgen más dietas que prometen ayudarte a conseguir los mejores resultados. Por ello, muchas personas siguen miles de planes alimenticios y dejan de comer con la intención de perder peso o lograr tener un cuerpo “perfecto”. Sin embargo, algunos regímenes alimenticios que están de moda pueden ser peligrosos para la salud, como es el caso de la drunkorexia o alcohorexia. Este estilo de vida está tomando fuerza entre los jóvenes, principalmente en las mujeres de 18 a 26 años, y promete ayudar a la pérdida de peso, pero sus consecuencias pueden ser muy graves. Y es que esta tendencia indica que no se debe comer durante varias horas o hacerlo en pequeñas porciones, para compensar las calorías ingeridas por el consumo de bebidas alcohólicas. Según la Universidad de Alicante de España, la drunkorexia es una dieta que se caracteriza por la restricción del consumo de alimentos para compensar el exceso de las calorías del alcohol. Las personas que la siguen dejan de tener una alimentación balanceada para evitar engordar, por lo que se refugian en el alcohol para ingerir las calorías necesarias para vivir sin aumentar de peso. Lo peligroso de este régimen es que el organismo se deteriora por partida doble, es decir, una por el consumo de alcohol y otra por desnutrición. Cuando el alcohol se bebe sin alimentación de por medio, pasa más rápido a la sangre y, por lo tanto, sus efectos tienen una rápida aparición. Debido a que el organismo va generando una tolerancia, se tiende a ingerir más licor para alcanzar los mismos efectos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el consumo nocivo de alcohol causa más de 200 enfermedades y trastornos. Además, puede perjudicar la vida familiar del afectado. Asimismo, la drunkorexia podría ocasionar las siguientes complicaciones: Enfermedad hepática: una ingesta excesiva de alcohol puede incrementar la grasa en el hígado, producir inflamación en él y, a la larga, ocasionar cicatrices y destrucción irreversible del tejido hepático. Desnutrición: las bebidas alcohólicas están repletas de calorías y no contienen nutrientes. El Instituto del Corazón de Texas indica que el alcohol se convierte en azúcar pura que se absorbe rápidamente, aumentando el riesgo de obesidad y de diabetes. Problemas digestivos: como la gastritis, úlceras estomacales, así como daños en el páncreas debido a la carencia de nutrientes y exceso de alcohol. Problemas cardiovasculares: la mezcla de una mala alimentación con alcohol puede provocar presión arterial alta y aumentar el riesgo de sufrir algún problema cardíaco. Riesgos en la seguridad: la falta de alimento y la ingesta exagerada de alcohol puede disminuir las habilidades de razonamiento en las personas, lo que da lugar a situaciones y comportamientos peligrosos. La drunkorexia puede causar daños en los órganos vitales. Lo ideal es acudir con un especialista en nutrición si lo que estás buscando es perder peso.