02 de diciembre del 2022
Las últimas muertes por el consumo de bebidas alcohólicas adulteradas que se han registrado en México han indicado que las restricciones a la venta de alcohol en la pandemia, lejos de disminuirlo, han fomentado la expansión de un “nuevo” mercado negro.
La semana pasada murieron seis personas en San Salvador El Seco, Puebla, al sur de México, luego de ingerir alcohol adulterado.
Citando datos recientes de la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC), El País informó de la muerte de cerca de 200 personas en 11 estados mexicanos por presunto envenenamiento con alcohol en un lapso de solo tres meses, y añadió que estas cifras no incluyeron las muertes ocurridas en viviendas particulares.
Los estados de Jalisco, Puebla y Yucatán han reportado numerosas muertes asociadas al consumo de bebidas alcohólicas presuntamente adulteradas en medio de las restricciones al producto legal al por menor durante la pandemia.
En respuesta, las autoridades han tratado de impedir el negocio ilícito, en particular con el decomiso de 7.000 botellas de whisky clandestino y la aprehensión de cuatro personas en una bodega de Morelos el pasado mes de junio.
Entre tanto, solo se confiscaron un poco menos de mil botellas de licor ilegal en varios municipios del estado de Guerrero, donde al menos 18 personas murieron por envenenamiento etílico en el transcurso de una semana.
Estos tipos de alcohol adulterado tienen por lo general un contenido alcohólico extremadamente alto. En abril, un lote de licor derivado de caña de azúcar, con un grado sorprendente de 96 por ciento de alcohol, se asoció a 21 muertes en los estados de Jalisco y Michoacán.
Esteban Giudici, asesor de política en la Alianza Transnacional para Combatir el Comercio Ilícito (TRACIT) declaró recientemente a la agencia EFE que hacía décadas no se registraban intoxicaciones de esa magnitud en México.
En mayo, las autoridades dijeron que 40 personas fallecieron luego de ingerir metanol en dos estados del centro de México. La bebida que ha sido vinculada a ese caso era de una marca poco conocida llamada Refino.
Y a finales de abril, 25 personas perdieron la vida en el estado de Jalisco luego de consumir una marca barata de alcohol de caña conocida como El Chorrito.