30 de mayo del 2022
Las limitaciones sociales que ha traído la pandemia han provocado un aumento explosivo de adicción a drogas depresoras entre los más jóvenes de Tampico y la región.
Son sustancias que deprimen el sistema nervioso e inmunológico central e inhiben los mecanismos cerebrales, provocando distintos grados de inactivación, relajación, sedación y somnolencia.
A diferencia de las drogas estimulantes, que provocan euforia y que llevan a una sobredosis mortal, las depresoras dificultan la actividad del individuo y se relacionan con sustancias de fácil acceso que llevan a suicidios, porque son empleadas cuando la persona atraviesa por capítulos emocionales en su vida.
Jorge Ávalos Castelán, director del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Tampico, indicó que en este año y medio de pandemia se ha registrado un incremento de hasta 1.5% en consumo de alcohol, tabaco y marihuana que son empleadas como drogas depresoras y de menos de 1% en medicamentos controlados.
Este se asocia al grupo de 17 a 25 años, en el que se ha detectado lo que se clasifica como un “consumo explosivo”, donde aumenta hasta el triple en cantidad en una misma ocasión y aumenta la frecuencia del consumo, pasando de fines de semana a diariamente.
La pandemia de coronavirus podría traer “otra pandemia”, la de jóvenes adictos. Una vez que se dejen las mascarillas bucales a un lado y se retome la rutina, si no son atendidos a tiempo podrían presentar severos problemas.
“Existe una correlación con la pandemia al aumentar el estrés, la ansiedad, la tensión y la depresión por diferentes factores, pueden ser económicos, familiares y la violencia familiar, por eso aumenta el consumo de drogas depresoras que se emplean cuando hacen una actividad que les causa tensión, estrés o angustia”.
Cuando se comienza a ingerir cualquiera de estas sustancias, existe el riesgo de desarrollar una adicción porque el organismo requerirá de las dosis o cantidad de droga una vez que se llega a una rutina diaria, pero no siempre se llega a ser adicto cuando se tienen “consumos explosivos”.
Existen dos factores determinantes, que indican que se es adicto a una sustancia: cuando la persona vive para consumir o consume para lograr hacer una actividad rutinaria.
Serán el sistema nervioso y el metabolismo los que determinen la rápida o lenta velocidad en la que se convierta en adicto, dependiendo de cómo el cerebro combate la acción de nivel neurológico que provocan para disminuir sus efectos, llegando a un momento en que ya no logra captarlo como un agente externo, sino como uno necesario.
Ávalos Castelán dijo que influyen la frecuencia y duración de los niveles de ansiedad, tensión y depresión que lleguen a desarrollar, ya que estos disminuyen el sistema autoinmune, así como la capacidad física y emocional que tengan al comenzar con su consumo.
En el Hospital Psiquiátrico de Tampico al menos 60% de las consultas lo acaparan pacientes con estos trastornos que han provocado el consumo de drogas depresoras, como son la depresión, ansiedad y cuadros de estrés.
Alejandro Cruz Rosas, director del nosocomio, indicó que estos padecimientos psicológicos llevan al abuso de sustancias, aunque cuando solicitan la atención médica el paciente no indica que tiene estas adicciones al no considerar que están relacionadas.
Sin embargo, cuando la persona desarrolla la fase aguda tanto del cuadro psicológico como de la adicción, llegan a requerir internamiento en el Psiquiátrico para poder estabilizarlos.
El entrevistado refirió que los síntomas de un cuadro agudo son episodios maniacos, depresión mayor, esquizofrenia en fase aguda, cuadros de agitación psicomotora y hereroagresividad.
En este tenor es importante señalar que a la par del incremento de sustancias se ha tenido un aumento de suicidios, de acuerdo con la Secretaría de Salud del Estado de Tamaulipas (SST), suman 50 casos en este 2021.
Las principales causantes del suicidio, de acuerdo con Gloria Molina Gamboa, titular de la SST, son trastornos de ansiedad, depresión y abuso de sustancias adictivas, por lo que el incremento de consumo lleva a una alerta a la población a identificar este problema.
El director del Centro de Integración Juvenil en Tampico dijo que cuando se tiene la adicción se puede detectar, ya que el joven tendrá dificultad para realizar actividades que requieren de esfuerzo, dedicación y atención; un foco de alerta es el rendimiento escolar o laboral.
Explicó que la edad de mayor incidencia de los 17 a 25 años, al ser quienes desarrollan con mayor intensidad cuadros de apatía al no tener una actividad programada por la pandemia de coronavirus y tener fácil acceso al internet, que es donde comparten información sobre cómo consumir las sustancias.