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Te hablamos de las adicciones
  • Morfina

25 de mayo del 2022

Mientras toma la morfina, hable con su proveedor de atención médica de sus objetivos de tratamiento del dolor, duración de tratamiento, y otras formas de controlar su dolor. Informe a su médico si usted o alguien de su familia bebe o ha bebido grandes cantidades de alcohol, usa o alguna vez ha usado drogas ilícitas, o ha tenido una sobredosis, o ha abusado de los medicamentos con receta médica, o si tiene o ha tenido depresión u otra enfermedad mental. Existe un mayor riesgo de que usted abuse de la morfina si tiene o ha tenido cualesquiera de estas condiciones. Hable con su proveedor de atención médica de inmediato y pidale consejo si piensa que tiene una adicción a los opiáceos, o llame a la línea de ayuda (National Helpline) de la Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias de E.E.U.U (SAMHSA, por sus siglas en inglés) a 1-800-662-HELP.

La morfina puede ocasionar problemas de respiración graves o que pongan en riesgo la vida, especialmente durante las primeras 24 a 72 horas de su tratamiento y en cualquier momento en que se incremente su dosis. Su médico le supervisará atentamente durante el tratamiento. Su médico ajustará su dosis atentamente para controlar su dolor y disminuir el riesgo de que experimente problemas respiratorios graves. Informe a su médico si tiene o alguna vez ha tenido respiración lenta o asma. Su médico podría indicarle que no tome morfina. Informe también a su médico si tiene o alguna vez ha tenido enfermedad pulmonar como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC; un grupo de enfermedades que incluye bronquitis crónica y enfisema), una lesión en la cabeza, un tumor cerebral, o cualquier condición que incremente la cantidad de presión en su cerebro. El riesgo de que desarrolle problemas respiratorios puede ser mayor si es un adulto mayor o si está débil o desnutrido debido a una enfermedad. Si experimenta cualesquiera de los siguientes síntomas, llame a su médico inmediatamente o busque tratamiento médico de emergencia: respiración lenta, largas pausas entre respiraciones, o dificultad para respirar.

Tomar algunos otros medicamentos durante su tratamiento con morfina puede aumentar el riesgo de que experimente problemas de respiración u otros efectos secundarios graves que pongan en peligro su vida, sedación o coma. Informe a su médico si está tomando o planea tomar cualesquiera de los siguientes medicamentos: benzodiazepinas como alprazolam (Xanax), diazepam (Diastat, Valium), estazolam, flurazepam, lorazepam (Ativan) y triazolam (Halcion); cimetidina (Tagamet), otros medicamentos analgésicos narcóticos; medicamentos para enfermedad mental o náusea; relajantes musculares; sedantes; píldoras para dormir; o tranquilizantes. Es posible que su médico necesite cambiar la dosificación de sus medicamentos y lo supervise atentamente. Si toma morfina con cualquiera de estos medicamentos y desarrolla cualquiera de los siguientes síntomas, llame a su médico inmediatamente o busque atención médica de emergencia: mareos inusuales, aturdimiento, somnolencia extrema, respiración difícil o lenta o no tiene capacidad de respuesta. Asegúrese de que su encargado del cuidado o los miembros de su familia conozcan cuáles son los síntomas que pueden ser graves para que puedan llamar al médico o a la atención médica de emergencia si usted no puede buscar tratamiento por su cuenta.

Beber alcohol, tomar medicamentos con receta médica o de venta libre que contengan alcohol o usar drogas ilícitas durante su tratamiento con morfina aumenta el riesgo de que experimente problemas respiratorios u otros efectos secundarios graves que pongan en riesgo su vida. Si está tomando cápsulas de acción prolongada marca Avinza, es especialmente importante que no tome ninguna bebida que contenga alcohol ni tome medicamentos con receta médica o de venta libre que contengan alcohol. El alcohol puede ocasionar que la morfina en las cápsulas de acción retardada de marca Avinza® se libere en su cuerpo demasiado rápido, lo que ocasiona graves problemas de salud o incluso la muerte. No beba alcohol ni tome ningún medicamento con o sin receta médica que contengan alcohol ni use drogas ilícitas durante su tratamiento con otros productos de morfina.

No permita que nadie más tome su medicamento. La morfina puede dañar u ocasionar la muerte a otras personas que tomen su medicamento, especialmente los niños. Conserve la morfina en un lugar seguro de manera que nadie más pueda tomarla accidentalmente o a propósito. Tenga especial cuidado de guardar la morfina fuera del alcance de los niños. Mantenga un registro de cuántas tabletas o cápsulas o cuánto líquido queda de manera que pueda saber si falta medicamento. Deseche apropiadamente cualquier cápsula, tableta o líquido de morfina que no necesite, de acuerdo con las instrucciones. (Consulte ALMACENAMIENTO y DESECHO).

Trague las tabletas de liberación prolongada o las cápsulas enteras. No las parta, mastique, disuelva ni triture. Si traga las cápsulas o tabletas de liberación prolongada rotas, masticadas, trituradas o disueltas puede recibir demasiada morfina a la vez en lugar de recibir el medicamento lentamente con el tiempo. Esto puede ocasionar graves problemas para respirar o la muerte. Si no puede tragar las cápsulas enteras, siga las instrucciones en la sección "¿CÓMO debe usarse este medicamento?" a continuación para disolver el contenido de las cápsulas en puré de manzana.

La solución (líquido) oral de morfina viene en tres concentraciones diferentes (cantidad de medicamento que contiene una cantidad determinada de solución). La solución con la más alta concentración (100 mg/5 ml) solo debería tomarla las personas que son tolerantes (acostumbradas a los efectos del medicamento) a los medicamentos opioides. Cada vez que reciba su medicamento, asegúrese de que recibe la solución con la concentración que le recetó su médico. Asegúrese de saber cuánto medicamento debe tomar y cómo medir su dosis.

Informe a su médico si está embarazada o si planea quedar embarazada. Si toma morfina regularmente durante su embarazo, su bebé puede experimentar síntomas de abstinencia que pongan en riesgo su vida después del nacimiento. Informe al médico de su bebé de inmediato si su bebé experimenta cualquiera de los síntomas siguientes: irritabilidad, hiperactividad, sueño anormal, llanto agudo, temblor incontrolable de una parte del cuerpo, vómitos, diarrea, o no aumenta de peso.