02 de marzo del 2022
Además de los asedios en Járkiv y Jersón y el cerco a Kiev, este martes hubo ataques en más frentes.
Según varios reportes, el avance ruso se ha visto frenado por la resistencia ucraniana, que cuenta con una amplia participación de civiles que están echando mano de todos los recursos a su disposición para detener la invasión.
Mariupol, la ciudad portuaria estratégicamente ubicada en el sur, estuvo bajo constantes bombardeos, según su alcalde.
"Buscan el genocidio de la nación ucraniana", le dijo Vadym Boychenko a una emisora local. "Lucharemos hasta la última bala... Si se agotan, usaremos nuestros dientes contra el enemigo que se está moviendo hacia Mariupol".
En un video, el alcalde dijo que 128 civiles estaban recluidos en los hospitales de la ciudad.
Explicó que este martes fueron bombardeadas dos zonas residenciales, pero que pese a los ataques había sido posible restaurar la electricidad y las comunicaciones móviles en la ciudad.
Las afirmaciones de que Rusia está cometiendo crímenes de guerra están aumentando.
El presidente de Ucrania, funcionarios del gobierno local y Amnistía Internacional dicen que los ataques deben investigarse.
Rusia ha negado que esté apuntado a áreas residenciales, pero la Corte Penal Internacional (CPI), que examina los crímenes de guerra, podría abrir una investigación.
El fiscal en jefe Karim Khan aún necesita la aprobación de los jueces de la CPI para comenzar su trabajo, pero ya ha pedido a su equipo que comience a recopilar evidencia de abusos, como ataques contra civiles.
Cualquier ciudadano ruso acusado de cometer crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad o genocidio en Ucrania tendría que ser extraditado por el Kremlin antes de ser juzgado en La Haya.
En un proceso judicial aparte, la Corte Internacional de Justicia, también con sede en La Haya, fijó para los días 7 y 8 de marzo las audiencias de un juicio por una denuncia interpuesta por el gobierno de Ucrania en contra de Rusia.
Con esta demanda, introducida el pasado domingo, Kiev quiere que Moscú rinda cuentas por justificar su acción militar sobre la base de acusaciones no fundamentadas de un supuesto genocidio en Ucrania.
Ante los últimos acontecimientos, el líder de la OTAN, Jens Stoltenberg, acusó el presidente Putin de "romper la paz en Europa", mientras que el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, acusó a Rusia de "prácticas bárbaras e indiscriminadas... de enviar misiles a torres residenciales para matar niños".
Hablando ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, dijo que las violaciones de Rusia "aumentaban cada hora" y apuntó que Moscú debería ser despojado de su membresía en el consejo.