25 de noviembre del 2021
La adicción al consumo, la compra irreflexiva o la falta de control pueden llegar a crear problemas personales
Según un estudio europeo, una tercera parte de los consumidores adultos europeos tiene problemas de descontrol en la compra o en el gasto. Este estudio realizado en cuatro regiones europeas, entre ellas en la Comunidad Castellanomanchega española, aclaró que, a pesar de que la mayoría de los consumidores adultos (66-78%) tienen un nivel aceptable de autocontrol en la compra y el gasto, una tercera parte (33-22%) presenta un nivel alto de adicción al consumo irreflexivo o innecesario.
El estudio revelaba que el porcentaje de adicción consumista es ligeramente superior en las mujeres (34%) que en los hombres (32%). Igualmente, y dentro del grupo de adictos, el 55% (18% del total) presentaba una adicción leve o moderada y el 45 % (15% del total) una adicción importante. El 3% llegaba a niveles que pueden considerarse patológicos.
Entre las principales causas de la adicción al consumo el estudio destacaba las siguientes:
Preexistencia de un tipo de personalidad característico que se denomina como "caprichoso". Este término, entendido en sentido coloquial, se correspondería con un carácter con fuertes tendencias hedonistas dirigidas hacia el consumo. Este rasgo, junto con la compulsividad y un nivel relativamente alto de ansiedad en relación con la compra, configuran el perfil psicológico del adicto.
La insatisfacción personal y la falta de alicientes o estímulos vitales distintos del consumo. Este sentimiento, típico del adicto al consumo, se relacionaría más con una sensación de tedio o aburrimiento que con un estado propiamente depresivo. La depresión sólo parece estar relacionada con la adicción al consumo en un número muy reducido de casos, aunque quizá sean los de mayor gravedad.
Un alto grado de credulidad, falta de actitud crítica y vulnerabilidad hacia los mensajes publicitarios, junto con una mayor exposición a los medios de comunicación en los que estos mensajes son más frecuentes. Los adictos reconocen ver mucha televisión en un porcentaje que implica a los no adictos.
La mayor aceptación de cierto tipo de valores e ideas consumistas tales como la creencia de que el prestigio personal, el estatus y la consideración social dependen de las cosas que se pueden comprar.
Otro tipo de factores que se relacionarían con la adicción al consumo en los adultos, aunque en forma menos importante que los anteriores, son la baja autoestima, el mayor deseo de estimulación social o de atracción por los lugares donde hay muchas personas y la inseguridad respecto al propio atractivo físico.
El estudio puso de manifiesto que las mujeres resultan ser, de forma altamente significativa, mucho más adictas a estímulos de consumo.
Esto aparecía en todas las cuestiones relacionadas con la atracción por las tiendas y comercios, ver escaparates, acompañar a otras personas a hacer sus compras, ir a grandes almacenes, aunque no se tenga nada que comprar... También se comprobó que las mujeres utilizan más la compra para afrontar situaciones de tristeza, abatimiento o depresión.
Sin embargo, no se observaron diferencias significativas entre hombres y mujeres respecto a la compra impulsiva, ni en cuanto al autocontrol ni en el desajuste en el gasto.
Tampoco en las otras respuestas relacionadas indirectamente con el comportamiento de compra (aceptación de valores consumistas, desconfianza hacia la publicidad...) se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres.
La población joven se puede decir que constituye uno de los sectores más proclives a la práctica de la adicción consumista. El estudio destacó algunas de las causas de esta preocupante tendencia:
Preexistencia de rasgos psicológicos específicos que combinan el ser "caprichoso" con la impulsividad, la habilidad y un nivel alto de ansiedad en relación con la compra.
La insatisfacción personal, la sensación de tedio o aburrimiento y la falta de alicientes no consumistas que en los jóvenes es muy frecuente.
La mayor aceptación de valores consumistas y la vulnerabilidad psicológica hacia los mensajes que relacionan el consumo con la felicidad, el éxito social y el prestigio personal.
La atracción por los por los estímulos de consumo como pasar el tiempo en hipermercados y grandes centros comerciales, ver anuncios, mirar escaparates, entrar en comercios, aunque solo sea a mirar... son actividades que por sí mismas no pueden considerarse consumo, pero que en los jóvenes provocan un efecto muy intenso de incitación a la compra y predisponen a la adicción al consumo.
El bajo nivel de autoestima y la desconfianza hacia las propias aptitudes o habilidades.
De los datos, resultó un porcentaje del 46% de adictos al consumo, englobando en este término los que tienen una atracción intensa por los estímulos de compra y los que carecen de autocontrol en el consumo y en el gasto, y un 54% de no adictos. La diferencia entre hombres y mujeres era más acusada en los jóvenes que en los adultos, puesto que el porcentaje de adicción es el 53% en el caso de las mujeres y el 39% en el caso de los hombres jóvenes.
Dentro del grupo de adictos presentarían una adicción leve o moderada el 44% (el 20% del total) y un nivel importante el 56% (26% respecto del total). Aproximadamente el 80% de los jóvenes adictos tenía un nivel de adicción al consumo que se puede considerar patológico.