22 de noviembre del 2021
La adicción a internet no es muy diferente a la adición a una droga, al menos en cuanto a los efectos que provoca en la persona; de hecho, a la hora de definir la palabra adicción, la comunidad científica ya no hace referencia al consumo de ningún tipo de substancia, es por eso que el tratamiento no será distinto del de alguien que ingrese en un centro de desintoxicación para dejar de fumar porros. Definen este tipo de trastorno como una afición patológica que genera dependencia y resta libertad a la persona, de manera que afecta a su capacidad de consciencia y reduce sus intereseses1. La persona acabará perdiendo interés y dejará de hacer aquellas cosas que antes le interesaban y gustaban, y cada vez tendrá un menor control sobre lo que hace (no será extraño ver cómo cancela alguna actividad para poder quedarse con el ordenador o el teléfono móvil, por ejemplo).
Estos factores son los que definen una conducta adictiva, y además irán aumentando a medida que esta perdure y acabarán dominando las rutinas y hábitos de la persona.
La adicción a internet forma parte les adicciones conductuales (o psicológicas), recientemente reconocidas por la comunidad científica y diferenciada de las más conocidas adicciones a las drogas (o químicas). (Alonso-Fernández, 1996; Echeburúa & De Corral, 2010; Fernández-Montalvo, 2010) |
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Tipos |
Variantes más comunes |
Químicas |
Opiáceos Alcoholismo Cocaína/anfetaminas Alucinógenos Otras drogas (cánnabis, drogas de síntesis) Tabaquismo |
Psicológicas |
Juego patológico Adicción al sexo Adicción a las compras Adicción al trabajo Adicción al ejercicio físico Adicción al móvil Adicción a internet |
Los adolescentes y los jóvenes son más propensos a este tipo de adicciones que el resto de la sociedad, sobre todo aquellos que tengan dificultad a la hora de reconocer y hacer frente a los problemas, que no destaquen por su autoestima, que sean impulsivos, con poca resistencia ante fenómenos desagradables o dolorosos (ya sean físicos, como por ejemplo un golpe, o psicológicos, ante un disgusto), una tendencia a estar deprimido o desanimado y una tendencia a necesitar experimentar emociones fuertes.