19 de noviembre del 2021
La manía por beber agua–. Se trata de un síndrome caracterizado por el deseo compulsivo de beber gran cantidad de agua, sin sentir sed y con una sensación placentera, como resultado de una enfermedad mental.
Una persona bebe agua embotellada.
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Es ya una imagen común en las ciudades: una mujer pegada a una botella de agua. Donde ella va, va también su botella. Parece un signo de salud, de modernidad, hasta de elegancia. Pero beber agua, por muy necesaria que sea para el organismo, tiene un límite, como todo.
De lo contrario estamos ante la potomanía o polidipsia psicodélica –del griego potos (bebida, agua potable) y mania (manía), es decir, la manía por beber agua–. Se trata de un síndrome caracterizado por el deseo compulsivo de beber gran cantidad de agua, sin sentir sed y con una sensación placentera, como resultado de una enfermedad mental.
"Estos pacientes se pueden llegar a beber entre 8-10 y hasta 15 litros de agua diarios, dependiendo de la gravedad del caso", explica Enriqueta Ochoa, del Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal, quien advierte de que, cuando el organismo no resiste más, los afectados entran en coma y fallecen.
Según psicóloga Paloma Carrasco, en la potomanía se sigue un patrón bien parecido al que se obsesiona por el deporte o las dietas para estar delgado: "Al beber agua compruebo cómo mejoro y me alivio, pero a la vez, refuerzo el pensamiento de que el agua es necesaria para estar sano y/o adelgazar, y la obsesión sigue creciendo; sin darme cuenta, estaré esclavizado por una botella de agua".
Descartadas causas físicas como la diabetes o trastornos hipotalámicos que lleven a ingerir agua en exceso, la potomanía –según la doctora Ochoa– puede clasificarse como "un trastorno alimentario no específico" asociado a otras patologías psiquiátricas.
Como la anorexia o la vigorexia, el número de personas adictas al agua crece de forma significativa en la sociedad actual donde se idolatra la apariencia física: "Se bebe por una obsesión por la salud hasta que se hace de forma compulsiva y sin control".
"Lo más frecuente es que este síndrome aparezca en el contexto de una psicosis crónica, también en algunos tipos de demencia o en una anorexia nerviosa, donde el consumo excesivo de agua se utiliza para mitigar el hambre y forzar la pérdida de peso", opina la nutricionista María de las Mercedes Gabin.