29 de octubre del 2021
El reporte titulado “Impacto del fentanilo ilícito se siente a ambos lados de frontera México-EE. UU”, de Parker Asmann y Alejandra Rodríguez, señala que en Estados Unidos las muertes por sobredosis, principalmente a causa de opioides sintéticos como el fentanilo, se han incrementado de manera exponencial. Durante 2020, los decesos por sobredosis en la Unión Americana sumaron 93,331 casos, un récord hasta ahora.
La producción masiva de estas sustancias también ha tenido notables efectos secundarios en el consumo de drogas en México. En 2020, nuestro país contabilizó un total de 1,735 muertes por sobredosis, según datos publicados este año por la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), de la Secretaría de Salud
El reporte advierte que la cifra de muertes por sobredosis en México puede no reflejar la realidad, debido a la crisis forense que vive el país, aunque estas muertes siguen lejos del récord de decesos reportados en Estados Unidos.
El artículo añade que los consumidores de estupefacientes en México están cada vez más expuestos al fentanilo. Un estudio realizado sobre consumo, con datos de 1,000 centros públicos y privados para el tratamiento de adicciones de nuestro país, halló que el número de personas que habían consumido fentanilo pasó de 24 entre 2013 y 2018 a 98 entre 2019 y 2020.
Se destacó que, aunque la mayor parte del fentanilo pasa la frontera, esta sustancia ha entrado a la cadena de suministro de la heroína en ciudades fronterizas como Tijuana, fenómeno similar a lo registrado en algunas ciudades estadounidenses.
El artículo cita un informe de la Conadic, en donde se analizaron los patrones de consumo de fentanilo y otras sustancias entre 254 participantes de Baja California, Chihuahua y Sonora y en donde se descubrió que muchos consumidores “no sabían que (lo que estaban consumiendo) era fentanilo”.
Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EU, el fentanilo es un fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente, que en medicina se ocupa para atender dolores intensos de pacientes.
El fentanilo, así como otros opioides sintéticos, son mezclados frecuentemente con otras drogas como cocaína, heroína, metanfetamina y MDMA (conocido como éxtasis); que llegan a causar felicidad extrema, aletargamiento, náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, tolerancia, adicción, depresión respiratoria o paro respiratorio, pérdida del conocimiento, coma y muerte.
Las personas adictas al fentanilo que dejan de consumirlo pueden experimentar síntomas como dolores en músculos y huesos, problemas para dormir, diarrea y vómitos, escalofríos y movimientos incontrolables de las piernas, entre otros, según el instituto de EU.
Los decomisos de fentanilo también han ido al alza tanto en México como en EU.
La Administración para el Control de Drogas (DEA por su sigla en inglés) ha advertido sobre los riesgos para los usuarios de las píldoras mezcladas con dosis letales de fentanilo y metanfetamina y que son comercializadas por los expendedores como analgésicos de venta por prescripción médica, como la oxicodona (Oxycontin).
Entre enero y septiembre pasado, la DEA decomisó más de 9.5 millones de pastillas adulteradas mezcladas con fentanilo y metanfetamina. Los decomisos desde 2019 presentan un aumento cercano al 430 por ciento.
En México, el Ejército ha decomisado 1,225 kilos de fentanilo, de enero al 21 de septiembre pasado; 16.5% más que en el mismo periodo del 2020.
El Cártel de Sinaloa y el CJNG han ganado una posición dominante en la producción de drogas sintéticas en México, ya que controlan los puertos que sirven como puntos claves para la importación de precursores químicos desde India y China, y desde países europeos, como España.