02 de septiembre del 2021
Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son enfermedades psiquiátricas debilitantes, que se caracterizan por una alteración persistente de los hábitos de alimentación o de las conductas del control de peso. Éstas tienen como resultado una alteración importante de la salud física y del funcionamiento psicosocial de la persona.
Cuando una persona padece de un TCA muestra una intensa preocupación en relación a su peso, imagen corporal y la alimentación, entre otros. Este trastorno afecta en el ámbito emocional, social, físico, fisiológico y otros, ya que la persona altera constantemente sus hábitos alimenticios.
Según la American Psychiatric Association (APA), los trastornos de conducta alimentaria incluyen a la anorexia nerviosa (AN), la bulimia nerviosa (BN), el trastorno de conducta alimentaria no especificado (TCANE) y el trastorno alimentario compulsivo (TAC), también conocido como ‘binge eating’ o atracones de comida. Estos trastornos afectan principalmente a los adolescentes, sobre todo a las mujeres; sin embargo, también se registran casos en los varones.
El trastorno por atracones se caracteriza por comer en un periodo corto (aproximadamente 2 horas) una cantidad de comida mayor a la que la mayoría de las personas comería en circunstancias similares. Además, existe la sensación de pérdida de control sobre lo que se come. A diferencia de otros TCA, como la anorexia o la bulimia, las personas con trastorno por atracones no tienen conductas compensatorias –como inducirse el vómito– o utilizar diuréticos o laxantes.
Las personas que se dan atracones de comida pueden llegar a comer distintos tipos de alimentos que les pueden ocasionar problemas digestivos. Además, un atracón puede darse en cualquier momento del día, incluso en la madrugada, ya que suelen registrarse cuando la persona padece episodios de ansiedad.
Cuando una persona tiene un atracón de comida, los patrones normales que estimulan el apetito y el gusto por la comida se ven alterados, haciendo que al momento de la ingesta incontrolada no se aprecien bien los sabores y no se logre saciar a la persona con determinada cantidad de alimento, por lo que continúa ingiriendo alimentos.
Usualmente el atracón sucede por una falta de control de impulsos, la persona busca una gratificación inmediata y esto lo brinda la comida. Quizá se deba a que la persona siente mucha ansiedad y la única forma que encuentra para disminuirla en ese momento es comer en grandes cantidades. Luego viene el sentimiento de culpa.
Finalmente, es importante tener presente que un trastorno de conducta alimentaria no le permite a la persona que lo padece discernir o tener un juicio claro de una actuación adecuada, puesto que existe una distorsión de la imagen corporal. Aún en riesgo de bajo peso o en un peso adecuado, la persona ve y se siente con exceso de libras.
Las especialistas coinciden en que el tratamiento debe ser integral. Al inicio, es indispensable llevar una evaluación médica completa, ya que algunas personas pueden desarrollar obesidad o diabetes. El siguiente paso, no menos importante, será pasar por una evaluación psicológica con un especialista en trastornos alimenticios. Este especialista verá si es necesario utilizar medicación, psicoterapia y la necesidad de un nutricionista.
EL DATO
El trastorno por atracones se caracteriza por comer en un periodo corto (aproximadamente 2 horas) una cantidad de comida mayor a la que la mayoría de las personas comería en circunstancias similares.
DEBE SABERLO
Los atracones tienen una periodicidad de una vez a la semana, y también pueden ocurrir en una persona que sufre de bulimia nerviosa. En este caso, los alimentos son ingeridos sin control y, tras un periodo de tiempo, la paciente empieza a tener sentimientos se culpa, por lo que se induce al vómito.