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Te hablamos de las adicciones
  • Columna De adictos y adicciones: Nada que perder

02 de agosto del 2021

Así es amigo lector, estimada lectora, el tema de las adicciones es un asunto impostergable, en primer lugar y sobre todas las cosas, las muertes y la violencia que generan. Las adicciones no son solo problema del adicto y sus familias, nos involucra a todos, pues al parecer, la sociedad moderna ha desarrollado una tendencia a las adicciones, ya sea a sustancias, alcohol, comida, fármacos, personas, apuestas, trabajo, sexo y un sin número de cosas a las cuales nos hemos hecho adictos.

Los expertos dicen que detrás de una adicción hay un vacío que el individuo quiere llenar, ese vacío se genera a través de las experiencias de cada uno, algunos fueron abusados, otros no tuvieron la atención y el cuidado de sus padres; en la historia de muchos de nosotros hay abandonos, humillaciones, traiciones, pérdidas de seres queridos, en fin, experiencias dolorosas que nos marcan y que no sabemos cómo enfrentar.

La mayoría de las veces no importa si esa sensación de vacío es real o imaginaria, el individuo la vive en toda su intensidad y trata de evitar el dolor a toda costa.

Sin temor a equivocarme, puedo asegurar que detrás de una adicción hay un gran dolor, por tanto, en una sociedad individualista y analgésica como la nuestra, lo más sencillo es buscar algo que mitigue ese dolor, ya sea una pastilla, heroína, alcohol o más comida.

En el caso concreto de las adicciones a sustancias, del dolor emocional y el vacío espiritual se pasa al dolor físico; la abstinencia es muy dolorosa no solo por la dependencia física, al retirar el analgésico el individuo se enfrenta a la misma realidad de la que huía.

Por eso es tan importante asistir a un grupo de doce pasos, porque un grupo nos ofrece esa red de apoyo que todo ser humano necesita; el estudio y la práctica de los doce pasos nos enseña a vivir enfrentando los problemas con serenidad y valor. No es fácil, pero tampoco imposible; por lo demás, miles, tal vez millones de personas, han encontrado que la promesa de una vida digna y feliz se ha cumplido a cabalidad.

A través de los años he escuchado a cientos de adictos decir que la vida sin drogas les parece insípida, aburrida, no se pueden resignar a dejar la sustancia y no volver a probarla jamás, mantienen viva la ilusión de poderla controlar, son como niños caprichosos que piden a gritos su recompensa porque se han portado bien.

Cerrar la botella, esconder la pipa o tirar la jeringa, no soluciona nada si no hay un trabajo interior, si no se identifican y se trabaja en los defectos de carácter la recaída es casi segura.

Si usted es adicto o familiar de un adicto, busque un grupo de doce pasos, los hay en todos los idiomas y prácticamente en todo el mundo.

No se rinda, no tiene nada que perder.