17 de diciembre del 2020
Estos son solo algunos de los problemas que pueden causar las sales de baño:
Las sales de baño pueden hacerte transpirar y que te sangre la nariz. También puedes perder el sueño y vomitar. Es probable que también tengas mucha sed.
Algunas personas que consumen sales de baño se pueden enojar mucho y volverse sumamente violentas.
Las sales de baño pueden debilitar los músculos. También pueden hacer que los riñones dejen de funcionar y afectar la manera en que vas al baño.
Las sales de baño pueden hacer que el corazón lata más rápido y suba la presión arterial. Esto puede desencadenar un ataque al corazón que puede causar la muerte.
Al compartir agujas usadas para inyectarse sales de baño se puede transmitir el VIH/sida o la hepatitis (una enfermedad del hígado).
Una sobredosis ocurre cuando una persona consume una cantidad de droga suficiente para generar una reacción muy mala o causarle la muerte. La gente sufre sobredosis de sales de baño porque toman demasiada cantidad de la droga. Una sobredosis de sales de baño puede matar.
Es posible volverse adicto a las sales de baño. Con el tiempo, la droga puede modificar la forma en que funciona el cerebro. Cuando la persona deja de tomar sales de baño de golpe, el cuerpo puede confundirse y comenzar a sentirse muy enfermo, lo que hace que sea difícil dejar de drogarse. Esto es lo que se conoce como adicción.
Cuando se pasa el estado de euforia o al tratar de dejar la droga, la persona puede:
Afortunadamente, el apoyo psicológico profesional puede ayudar a los adictos a las sales de baño.
Aun con el tratamiento puede ser difícil mantenerse alejado de la droga. Es posible que quienes han dejado de consumir sales de baño todavía sientan deseos intensos de usarlas, incluso —en algunos casos— cuando han pasado años desde que dejaron la droga. Lo mejor es no comenzar a tomarlas nunca.