24 de noviembre del 2020
El uso del opioide, incluso a corto plazo, puede generar adicción y, muy a menudo, sobredosis. Descubre cómo el alivio del dolor a corto plazo ocasiona problemas que pueden poner en riesgo la vida.
Cualquier persona que tome opioides corre el riesgo de manifestar una adicción. Tus antecedentes personales y el tiempo que hayas usado opioides influyen, pero es imposible predecir quién es vulnerable a una posible dependencia de estos medicamentos y al abuso de ellos. Estas drogas, legales o ilegales, robadas y compartidas, en la actualidad son responsables de la mayoría de las muertes por sobredosis en los EE. UU.
La adicción es una afección en la que algo que comenzó como placentero ahora se siente como algo con lo que no puedes vivir. Los médicos definen la adicción a las drogas como «el deseo irresistible de una droga, el uso fuera de control y compulsivo de esta, y el uso continuo de la droga a pesar de las consecuencias perjudiciales repetidas». Los opioides son altamente adictivos, en gran parte porque activan poderosos centros de recompensa del cerebro.
Los opioides ocasionan la liberación de endorfinas, los neurotransmisores del cerebro que provocan bienestar. Las endorfinas amortiguan tu percepción del dolor y aumentan los sentimientos de placer, lo que crea una sensación temporal pero poderosa de bienestar. Cuando se pasa el efecto de la dosis de un opioide, deseas que esa buena sensación vuelva lo antes posible. Este es el primer paso en el camino hacia una posible adicción.
Cuando tomas opioides de manera reiterada a lo largo del tiempo, el cuerpo produce endorfinas en forma más lenta. La misma dosis de opioides deja de causar esa intensa sensación de bienestar. Esto se denomina «tolerancia». Una de las razones por las que es tan frecuente la adicción a los opioides es que las personas que presentan tolerancia pueden sentir la necesidad de aumentar la dosis para seguir sintiéndose bien.
En la actualidad, los médicos son sumamente conscientes de los riesgos de los opioides. Es por eso que suele ser difícil lograr que el médico te aumente la dosis, o incluso que te vuelva a hacer la receta. Entonces, algunas personas que usan opioides que creen que necesitan una dosis mayor recurren a los opioides o a la heroína que se comercializan ilegalmente. Algunos medicamentos que se obtienen ilegalmente, como el fentanilo (Actiq, Duragesic, Fentora), están mezclados con contaminantes o con opioides mucho más potentes. Debido a la potencia del fentanilo, esta combinación en particular se ha asociado con una cantidad considerable de fallecimientos de consumidores de heroína.
Si estás tomando opioides y has manifestado tolerancia a estos fármacos, pídele ayuda a tu médico. Hay otras opciones seguras que te pueden ayudar a hacer un cambio y a seguir sintiéndote bien. No suspendas los medicamentos opioides sin asistencia médica. Suspender estos medicamentos de manera abrupta puede provocar efectos secundarios graves, entre ellos, dolor más intenso que el que sentías antes de comenzar a tomar opioides. El médico puede ayudarte a disminuir la dosis de opioides de manera progresiva y segura.
Los opioides son más adictivos cuando se los toma de forma diferente a la recetada, como romper la píldora para aspirarla o inyectársela. Esta práctica que puede poner en riesgo la vida es aún más peligrosa si la píldora es de acción prolongada. Administrarle al cuerpo rápidamente toda la medicina puede causar una sobredosis accidental. Tomar más medicamentos opioides que la dosis recetada, o con mayor frecuencia, también incrementa el riesgo de adicción.
El tiempo que hayas usado opioides recetados también influye. Los investigadores han descubierto que tomar medicamentos opioides por varios días consecutivos aumenta el riesgo de uso por tiempo prolongado, lo que incrementa el riesgo de adicción. Las probabilidades de que aún continúes tomando opioides a un año de haber comenzado un ciclo corto aumentan después de solo cinco días de haber comenzado a usarlos.
Algunos factores adicionales, como los genéticos, los psicológicos y los ambientales, influyen en la adicción, que puede darse rápidamente o después de muchos años de uso.
Algunos de los factores de riesgo conocidos del uso inapropiado de opioides y de la adicción a estos son los siguientes:
Además, las mujeres tienen un conjunto único de factores de riesgo para la adicción de opioides. Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de padecer dolor crónico. En comparación con los hombres, es más probable que a las mujeres se les receten medicamentos opioides, que les indiquen dosis más altas y que usen los opioides durante períodos más prolongados. Las mujeres también podrían tener una tendencia biológica a volverse dependientes de los analgésicos recetados más rápido que los hombres.
Los opioides son más seguros cuando se usan durante tres días o menos para controlar el dolor agudo, como el dolor que se siente después de una cirugía o de una fractura ósea. Si necesitas tomar opioides para el dolor agudo, trabaja con tu médico para usar la menor dosis posible, durante el menor tiempo necesario, exactamente según lo recetado.
Si vives con dolor crónico, es probable que los opioides no sean seguros y eficaces como opción de tratamiento a largo plazo. Existen muchos otros tratamientos disponibles, entre ellos, analgésicos menos adictivos y terapias no farmacológicas. De ser posible, intenta seguir un plan de tratamiento que te permita disfrutar la vida sin opioides.
Ayuda a evitar la adicción en tu familia y en tu comunidad al resguardar los medicamentos opioides que usas y al eliminar los que no necesitas de manera adecuada. Comunícate con las autoridades locales de cumplimiento de la ley, el servicio de recolección de basura y reciclaje, o la Administración para el Control de Drogas para obtener información sobre los programas locales de recuperación de medicamentos. Si estos programas no están disponibles en tu zona, comunícate con tu farmacéutico para recibir orientación.
¿Cuál es el paso más importante para evitar la adicción a los opioides? Reconocer que nadie está a salvo y que todos estamos implicados a la hora de enfrentar el problema que estas drogas presentan para nuestros seres queridos y las comunidades.