28 de octubre del 2020
Este año he decidido compartir con vosotros en el blog reflexiones que me surgen realizando mi labor como consultora de talento y marca personal.
Comenzaré con esta reflexión que parece a priori contradictoria. ¿Cómo puede existir un problema asociado a una habilidad tan valorada como es la capacidad de aprender? ¿Puede derivar una habilidad en una adicción?
Los profesionales cuya competencia de aprendizaje constante (también llamada “learnabilidad”) es muy destacada tienen una necesidad constante de practicarla.
Se le atribuye al escritor Tom Clancy la siguiente frase: “La vida es aprendizaje, cuando dejes de aprender, mueres“
Muchos profesionales piensan igual. La sensación placentera del logro, la satisfacción personal del reto complejo en crecimiento, el reconocimiento propio al esfuerzo y ajeno son motivaciones muy poderosas que hacen que algunas personas se conviertan en “aprende-adictos”.
No es algo negativo, pero sí un condicionante que influye en un elemento crítico de su carrera profesional: la elección de sus proyectos y entornos de crecimiento.
En ocasiones merece la pena volver a la definición de un concepto para entender las complejidades que se derivan al practicarlo.
Aprendizaje es la adquisición del conocimiento de algo por medio del estudio, el ejercicio o la experiencia, en especial de los conocimientos necesarios para aprender algún arte u oficio.
Todos los que nos dedicamos al talento estamos convencidos de que la capacidad para aprender de forma constante es la habilidad más valiosa del profesional del siglo XXI. Precisamente porque los artes y oficios varían tanto y ran rápido que sin esa cualidad la persona no se puede adaptar al complejo entorno profesional.
Pero he aquí que el diccionario arroja una segunda definición que a veces se olvida:
Tiempo que se tarda en aprender algo.
El aprendizaje requiere tiempo. Exploración. Prueba y error. Pero sobre todo, tiempo.
¿Cómo puede la habilidad más demandada convertirse en un handicap?
Más que un handicap diría que es una cualidad “segmentadora”. Los profesionales adictos al aprendizaje descartan sin miramientos (o abandonan) los entornos donde no se les ofrece el tiempo o la flexibilidad necesaria para practicarla.
“Los profesionales con una alta capacidad y orientación al aprendizaje requieren de una mayor autonomía en la gestión de su tiempo que los demás”
Los profesionales más excelentes en el desarrollo de esta habilidad buscan entornos y organizaciones que les proporcionen la flexibilidad suficiente para practicarla.
El problema es que las empresas y organizaciones que no ceden el tiempo y permiten la dispersión y exploración corren el riesgo de perder sus mejores talentos.
También el talento puede perder un entorno en el que podría crecer más si incluyera a las muchas ventajas que aporta esta característica que para ellos es crítica.
Las mejores empresas estructuran procesos y dinámicas que permiten un crecimiento conjunto y eso incluye el espacio, el tiempo y la libertad para el aprendizaje. Google ya lo percibió hace años cuando creó la iniciativa del 20% del tiempo para proyectos propios.
Algunos profesionales durante la definición de su mejor estrategia de marca personal me han manifestado su rechazo a incorporarse en determinadas organizaciones ante el prejuicio de que en ellas perderían su libertad para aprender. Quizás las empresas no se la caparían tanto pero su percepción de riesgo es tan alto que la primera reacción es el descarte.
Afortunadamente muchas organizaciones ya están desarrollando iniciativas muy interesantes en el diseño personal formativo de sus empleados pero aún necesitamos más. También que sea visible, que los grandes cracks no tengan miedo a perder su libertad para aprender y que todos nos beneficiemos de que conecten con entornos donde puedan aportar más.
Descubrir que uno tiene esta cualidad y tendencia ayuda mucho a comprender el porqué de ciertas decisiones de carrera que a veces se han tomado de una forma inconsciente guiada por esa necesidad.
Así lo han mostrado en sus reflexiones algunos de mis clientes tras realizar su Plan de Marca Personal. Ante la pregunta de ¿Qué he descubierto de mí que no sabía? éstas han sido sus respuestas.
He descubierto que no sabía de mí …
“Que mi curiosidad intelectual ha sido el motor de mi vida”
“De forma inconsciente quizás sí lo sabia; que tengo una gran necesidad de estar aprendiendo continuamente y creciendo.”
“También he descubierto otra razón importante por la cuál no quiero renunciar a ser autónoma, porqué lo veo como la única forma de trabajar que me proporciona crecimiento y aprendizaje continuo.”
“Hasta ahora una de las más potentes razones para ser autónoma era la libertad-no estar bajo un management y una cultura corporativa restrictiva. Además ahora tengo que añadirle que una razón muy importante es también esa gran necesidad de aprender.”