15 de octubre del 2020
Conocí unos amigos en un bar, me dijeron “hay que mezclar el cristal con la cocaína y lo inhalábamos, ambas sustancias. Llegó el tiempo que empecé a consumirlo por la nariz. Los días y las noches en vela sin dormir, no comía y también seguía con mis borracheras, hasta que un día mi corazón ya no aguantó más y me dio un infarto”, este es el testimonio de un ex adicto.
El chico aprovechó la apertura de una página de Facebook para liberar lo que vivió, y cuenta que después de ese episodio dejó de consumir esta droga. Ahora toma medicamento para controlar la presión y el corazón, algo que hará de por vida.
La psicóloga platicó que precisamente esas son las consecuencias físicas de las personas dependientes al cristal: pérdida de peso, del sueño, acné, además de caries. Y dijo que basta un día para que la persona se vuelva adicta.Este tipo de droga produce la hormona anorexígenica, eso hace que no tenga hambre. Al no tener hambre hay pérdida de peso. La piel es pálida. Y la dentadura se atrofia completamente. Se le conoce como “boca de met”, caracterizada por los dientes negros o mucha caries. Les empieza a dar mucha sed, esa sed se calma con azucares, entonces empiezan a consumir refrescos. También se produce acné porque tiene que ver mucho con la piel”, cuenta Érika.
La psicosis es otra de las consecuencias con las que se enfrentan los dependientes del cristal. Pues la gran cantidad de euforia puede producir alucinaciones. Entonces empiezan a ver, oler, o escuchar cosas que no están. Los delirios entran por la puerta principal.