18 de septiembre del 2020
Las causas de este abuso no son totalmente limitadas, dado que el origen puede ser muy diverso según cada persona.
Algunas de las causas generales del aumento de esta enfermedad son los mensajes publicitarios con gran carga persuasiva, la insatisfacción personal o posibles trastornos de la conducta. Por tanto, el origen es psicológico y provoca el afán por poseer cualquier cosa que pueda satisfacer esas ganas insaciables.
Concretamente, se desarrolla con mayor facilidad en personas que tienen carencias emocionales o una insatisfacción personal importante. Ello lleva a combatir la tristeza o la frustración con compras de cualquier tipo.
Cualquier comportamiento de compra repetida no muestra indicios de tratarse de una adicción. La persona que vive la adicción gasta más de lo que realmente puede permitirse y realiza compras de las que luego se arrepiente.
Los efectos que puede provocar este trastorno dependen de muchos factores y tan concretos
como en otras adicciones.
No obstante, sí podemos decir que este comportamiento puede derivar en un alejamiento del núcleo familiar, la pérdida de relaciones sociales y una falta de higiene personal importante dado que la despreocupación por otras actividades que no sean la compra es evidente. El agotamiento también afecta al trabajo de esa persona y puede provocar su despido.
Además de aquellos efectos que se producen sobre el propio adicto, las consecuencias de una adicción como la presente afectan a todo su entorno. Especialmente a sus parejas, padres o hijos ya que el gasto compulsivo supone un desembolso de dinero muy importante y, en ocasiones, imprescindible para el sostén de la familia. La adicción puede provocar grandes crisis económicas familiares, muchas separaciones y divorcios, así como depresiones y ataques de ansiedad recurrentes.
El trastorno puede ser prevenido si se presta atención a los indicios de la enfermedad. Además, una vez que ha comenzado también es relativamente tratarlo en sus primeras fases. Con el paso del tiempo, el tratamiento se vuelve más complejo y largo.
Al comienzo, sólo con evitar el uso de tarjetas de crédito, llevar una contabilidad sencilla de los gastos e intentar aplazar las decisiones de compra o analizarlas con otra persona, es suficiente para controlar la compra compulsiva. No obstante, hay otras cuestiones complejas en casos de adictos más avanzados.
Para saber cómo evitar el desarrollo de la adicción, es importante conocer que se basa en una falta de estímulos o alicientes que se compensa con las compras en exceso. Los estados de ansiedad o depresión deben tratarse y llevar un seguimiento adecuado antes de que deriven en adicciones de este tipo. Para ello, se acude a farmacología y terapias con grupos de apoyo.
Normalmente, el afectado considera que puede detener el consumo cuando lo decida y que no es un problema grave. No obstante, cuando trata de solucionar el problema no lo consigue por sí mismo.
Ahí es donde el tratamiento por parte de los especialistas es fundamental, siendo la terapia conductual una de las grandes bazas de su recuperación. Sólo las clínicas y profesionales especializados saben cómo controlar esos tratamientos para que sean lo más eficaces posible en la recuperación de los adictos.