18 de agosto del 2020
Cuando hablamos de drogadicción, lo primero que se nos viene a la cabeza son sustancias ilícitas, como la heroína y la cocaína, y pocas veces pensamos en medicamentos.
No obstante, hoy día, en muchos países del mundo el uso abusivo de fármacos -sobre todo tranquilizantes y estimulantes, considerados como muy adictivos- está creciendo.
El años pasado tuve un paciente adicto a los tranquilizantes, que empezó con una pastilla al día y después de tres años llegó a tomarse 80 pastillas diariasHugo Gallego, experto en toxicología
Según la DEA (Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas), en Estados Unidos, "son más (las personas que consumen fármacos) que las que usan cocaína, heroína, alucinógenos, éxtasis y opioides, todos sumados". Se estima que en EE.UU. hay alrededor de 7 millones de adictos a los medicamentos.
Y, en Colombia, los estimulantes y los tranquilizantes se han convertido en las drogas más consumidas después de la marihuana y cocaína, sobre todo entre los jóvenes.
El más reciente Estudio Nacional de Consumo de Sustancias, el mayor realizado hasta ahora, señala que unos 350.000 colombianos han usado al menos una vez tranquilizantes y estimulantes sin receta médica.
Pero esas cifras, según expertos, está muy por debajo de la realidad.
Lea también: La adicción, un problema complejo
Casi todos los medicamentos no son dañinos si se administran bajo un estricto control médico, es decir, si el doctor receta las dosis necesarias para que incluso los efectos secundarios sean mínimos.
Pero, en muchas ocasiones, las personas tienden a automedicarse sin ningún tipo de control, lo que se torna en un problema que, en el caso de Colombia, está creciendo, le dijo a BBC Mundo el doctor Hugo Gallego, experto en toxicología.
Les quita ( a los delincuentes) el miedo cuando se van a enfrentar a situaciones arriesgadas o tienen que matar a alguien y también les provoca una especie de laguna o amnesia que hace que no recuerden haber sesgado una vidaHugo Gallego, experto en toxicología
"Por una lado, hay un problema de automedicación y por otro hay un mercado ilegal grande de acceso, sobre todos a los tranquilizantes conocidos como benzodiacepina, que han demostrado tener graves efectos de adicción", señaló Gallego.
Y las adicciones a los fármacos son tan peligrosas y temibles como las que se experimentan con drogas duras.
Uno de las características que agudiza el riesgo que representa la benzodiacepina es además que se desarrolla tolerancia, de manera que el cuerpo cada vez necesita de dosis más elevadas.
"El año pasado tuve un paciente de diecisiete años, adicto a los tranquilizantes, que empezó con una pastilla al día y después de tres años llegó a tomarse 80 pastillas diarias", relató Gallego.