14 de agosto del 2020
El teléfono móvil o smartphone se ha convertido en un poderoso instrumento de socialización e intercambio de información. Muchas de nuestras interacciones se hacen mediante este aparato e incluso podemos llegar a estrechar vínculos personales solamente con el uso del teléfono móvil. Todos estos factores contribuyen a que cada vez hayan más casos de adicción al móvil, esta se define como la necesidad enfermiza de estar pendientes de la pantalla de nuestro smartphone, de revisar nuestras redes sociales y nuestros mensajes o WhatsApps.
Una persona adicta al teléfono puede pasarse horas enteras mirando la pantalla, distorsionando así su percepción del tiempo. Es importante prevenir este tipo de dependencia y detectar cuándo estamos abusando del teléfono móvil, de este modo, podremos lograr una relación sana y constructiva con este aparato.
Una manera muy efectiva para prevenir la adicción al móvil es controlar cuándo estamos haciendo uso de él. Como hemos comentado anteriormente, muchas personas pierden la noción del tiempo mirando el teléfono y eso facilita la adicción. Podemos ponernos horarios, dejar el teléfono en silencio durante horas de estudio o trabajo, controlar el momento en el que hemos empezado a utilizar el móvil...
Ocupar nuestro tiempo con otro tipo de tareas nos distrae de estar todo el rato mirando una pantalla, es importante fortalecer y estrechar los vínculos con personas cara a cara, salir a la calle y disfrutar del paisaje, hacer ejercicio...muchas de estas actividades nos aportan los niveles de dopamina que el teléfono nos intenta dar mediante el aluvión de interacciones.
Es probable que ya sea demasiado tarde. Que, sin darnos cuenta, nos hayamos convertido en personas adictas al teléfono y nos produzca una cierta sensación de malestar pasar unas horas sin estar pendientes del móvil. Si vemos que hemos desarrollado un cierto enganche a este aparato, es el momento de aprender a cómo superar la adicción al móvil.
En primer lugar, debemos observar hasta qué punto somos adictos, es decir, en qué nivel nos afecta tener o no el teléfono a mano, cuánto tiempo estamos sin mirarlo, cuántas experiencias nos perdemos por estar pendientes del móvil... Una vez detectada la gravedad del problema, tendremos que aprender a vivir sin esa herramienta, por lo menos durante ciertos momentos concretos hasta llegar a emanciparnos completamente del teléfono móvil. Para poder quitar esta adicción o dependencia, tendremos que hacerlo poco a poco, mediante un cambio paulatino en nuestra conducta y en nuestro uso del teléfono.
El problema de esta adicción es que no podemos llegar a "desengancharnos" del todo, el móvil es una herramienta prácticamente indispensable en nuestra sociedad. Es por ello que el tratamiento para superar este problema tendrá como objetivo aprender a hacer un buen uso de nuestro teléfono.
Si observamos que la adicción no mejora y resulta un problema que impide que tengamos relaciones personales sanas, es posible que tengamos que contactar con un/a profesional.
La dependencia al móvil aparece de una manera u otra según la combinación de muchos factores, uno de ellos es la edad. Según en el momento de nuestras vidas en el que generemos la adicción, tendremos que tratar de solucionarla de una manera u otra.
En adolescentes, la complicación en el momento de tratar esta adicción reside en el uso que le dan los adolescentes a las redes sociales. Los jóvenes pasan mucho tiempo de sus vidas pendientes de las interacciones, los likes y las amistades virtuales. Es por ello que el tratamiento orientado a adolescentes tendrá como piedra angular el hecho de fomentar relaciones interpersonales y cimentar su autoestima en base a su propia imagen y no a las opiniones ajenas.
En el caso de la adicción al teléfono móvil en adultos, las causas de este problema pueden ser por los trámites realizados a través de dicho aparato. Las personas adultas, sobretodo aquellas dedicadas a los negocios, utilizan el teléfono para su gran mayoría de gestiones, para llamar, comunicar decisiones administrativas... Es por ello que, en su caso, el tratamiento se centrará en delegar las responsabilidades a otros medios y buscar otras vías de comunicación.
Cabe comentar que el uso del teléfono varia según el individuo y su personalidad, por mucho que, en líneas generales, existan estas diferencias entre generaciones, se puede dar el caso de adultos adictos a las redes sociales o adolescentes con otro tipo de obligaciones. Es por ello que el tratamiento para superar una adicción al teléfono siempre estará centrado en las necesidades específicas de cada persona.
Si hay algo que comparten todos los tratamientos para luchar contra la adicción al móvil es fomentar las actividades al aire libre y las relaciones personales cara cara, es importante recordar que no debemos dejar atrás el estilo de vida independiente de las pantallas.