05 de junio del 2020
Típicamente, las dosis bajas de cafeína pueden hacerlo sentir más alerta y energético.
Sin embargo, las dosis más altas pueden producir ansiedad, irritabilidad e incapacidad de relajarse o dormir.
A largo plazo, el consumo de mucha cafeína debilita las glándulas suprarrenales, agota varios nutrientes vitales e interfiere con el equilibrio hormonal.
Además, se crea un ciclo en el que se necesitan cantidades más altas para lograr el efecto acostumbrado, y dejar de consumir esta popular droga puede causar síntomas como dolores de cabeza e indigestión.
En resumen, la cafeína es adictiva.
No obstante, la evidencia científica indica que una cantidad moderada de té o café no es perjudicial para la salud.
Cuánto es demasiado
Antes de que salga feliz a comprarse un café con leche extragrande, tenga en cuenta que los expertos concuerdan en que si diariamente se toma más de tres tazas de té, café o bebidas con cafeína, es mejor reducir la cantidad.
Demasiada cafeína puede contribuir al insomnio, nerviosismo, ansiedad, problemas gastrointestinales y puede causar palpitaciones.
Las mujeres embarazadas y quienes tienen problemas de presión sanguínea deben consultar al doctor.
Además, no hay que olvidar tener en cuenta el azúcar, endulzantes artificiales o crema que a menudo se le echan a las bebidas con cafeína, que a veces pasan desapercibidos al revisar las dietas.
Dosis diaria
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La verdad es que debido a que el metabolismo es determinado genéticamente, no todo el mundo responde a la cafeína de la misma manera. Por eso, algunas personas se toman una taza de café en la mañana y no pueden dormir por la noche, mientras que otros se pueden tomar un espresso doble tras la cena y dormir como bebés.
Teniendo eso en cuenta, las recomendaciones son...
Reduzca el consumo gradualmente, en un período de dos a tres semanas. Si lo hace muy rápido puede darle dolor de cabeza.