04 de noviembre del 2019
Elbinge drinking es una modalidad de beber que consiste en la ingesta continuada de alcohol en tragos sin apenas pausas en un período muy corto de tiempo. Así por ejemplo en menos de dos horas pueden consumirse hasta seis combinados que elevan los niveles de alcohol en sangre hasta el 0,8g/dcl.
Por lo general, los jóvenes inician a practicarlo a muy temprana edad, y eso preocupa a las autoridades. Sin embargo también lo hace el hecho de que aquellos que pueden ya por edad consumir alcohol, lleven a cabo esta práctica causando luego desastres en las calles y armando jaleos dónde todo estaba tranquilo. Está claro que el binge drinking no beneficia ni al que lo practica ni al que le rodea.
Ahora bien, ¿qué entendemos por Consumo Intensivo de Alcohol o binge drinking?
Desde el ámbito de la prevención y promoción de la salud pública, se ha propuesto la siguiente definición operativa del término CIA: “consumo de 60 ó más gramos de alcohol en varones y de 40 ó más en mujeres, concentrado en una sesión de consumo (habitualmente 4-6 horas), durante la que se mantiene un cierto nivel de intoxicación (alcoholemia no inferior a 0,8 g/L). Para adaptar esta definición al número de unidades de bebida, el ICAP establece 10 gramos de alcohol por unidad de bebida estándar, o como comúnmente se conocería, 10 g. de alcohol por copa. De esta manera, una persona estará realizando un Consumo Intensivo de Alcohol si toma unas 6 ó más unidades de bebida o copas, si es varón y, una 4 ó más en el caso de ser mujer.
En cuanto a la frecuencia de consumo generalmente se distinguen cuatro grupos de sujetos: (1) Abstinentes: aquellos que no han consumido alcohol en el último año; (2) No CIA: los que consumieron alcohol en el último año, pero no intensamente en las dos últimas semanas; (3) CIA ocasional: aquellos que han consumido alcohol de forma intensiva 1 ó 2 veces en las últimas dos semanas; (4) CIA frecuente: los que han consumido alcohol de forma intensiva 3 ó más veces en las últimas semanas.
En España, desde el ámbito preventivo, se ha propuesto una posible definición operativa del consumo intensivo de alcohol que contempla la cantidad ingerida pero no la frecuencia de consumo. Una definición complementaria que podría resultar más adecuada en el ámbito clínico, podría ser la siguiente: consumo de 6 ó más bebidas alcohólicas para hombres (60 g) y, 5 ó más para mujeres (50 g), en una única ocasión (en un periodo de dos horas) al menos una vez en los último 30 días.
Un reciente estudio sugiere que en torno al 6% de los estudiantes universitarios cumplen los criterios de abuso y/o dependencia al alcohol del DSM-IV, y esto es particularmente alto en los consumidores intensivos frecuentes (grupo en el cual sobre un 20% podrían cumplir los criterios).
Pero, ¿qué consecuencias negativas existen asociadas al consumo de alcohol entre los más jóvenes? En los últimos veinte años diversos estudios han observado que el Consumo Intensivo de Alcohol se relaciona con un incremento de las consecuencias negativas asociadas al alcohol (como accidentes de tráfico, suicidios, violencia y delitos, enfermedades de transmisión sexual o bajo rendimiento académico). Incluso algunas investigaciones han comprobado que esta forma de consumo se asocia con consecuencias neurocognitivas (como peor rendimiento en tareas neuropsicológicas de memoria o toma de decisiones, o deficiencia en la diferenciación electrofisiológica entre información relevante e irrelevante).
Y otra consecuencia, no menos importante, que han observado otros estudios es, que el CIA durante la adolescencia se asocia con el desarrollo posterior de abuso/dependencia del alcohol en la edad adulta, siendo los consumidores intensivos que presentan este patrón de forma más frecuente (3 ó más veces en las dos últimas semanas) los que tienen mayor probabilidad de presentar abuso/dependencia en la adultez.