25 de septiembre del 2019
egún sus expertos, el consumo de sal, igual que el de cocaína, induce un cambio en las células nerviosas situadas en el hipotálamo, provocando un exceso de dopamina y orexina e incrementando así la sensación de placer y recompensa. Esta sociedad científica ha señalado que frente a los 5-7 gramos de sal recomendados al día por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en España se consume una media de 11 gramos. El 80% de esta sal proviene de alimentos precocinados y el 20% está presente únicamente en el pan.
La adicción a la sal deriva en un peligroso sobreconsumo que provoca un aumento de la presión arterial, incrementando así el riesgo de padecer hipertensión, advierte la SEC. En España se calcula que hay casi 14 millones de hipertensos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de todas las defunciones por enfermedad cardiovascular, las relacionadas con la hipertensión son las que más han crecido en los últimos diez años, casi duplicando su mortalidad.
Así, han pasado de ser responsables del 4,8% del total de fallecimientos por patología cardiovascular en 2003 al 8,4% en 2012. Ante esta "alarmante situación", la SEC insta a las autoridades a tomar medidas que ayuden a una mayor regulación del consumo de sal entre la población, como la reducción de un gramo al año de la sal presente en el pan, que ya se está llevando a cabo, o un mejor etiquetado de los productos alimentarios.
La SEC también traslada esta responsabilidad a la población, a quien insta a consumir productos bajos en sal y a no aderezar en exceso los alimentos con ésta. Para prevenir las enfermedades cardiovasculares, además, resulta esencial seguir una dieta equilibrada y variada, consumiendo al menos cinco piezas de vegetales al día y reduciendo la ingesta de grasas, especialmente las saturadas.