20 de septiembre del 2019
“Probablemente periodos de ayunos prolongados que hacen que el nivel de azúcar en sangre baje demasiado, un nivel alto de estrés en el cual el cerebro gasta más glucosa, dietas restrictivas o la unión de estos tres factores”, explica a CuídatePlus Claudia Guerrico, nutricionista de la unidad de Psicología y Medicina de la Salud, PsicoActúa, del Hospital Vithas Medimar Internacional (Alicante), quien señala que es fácil encontrarnos en esta situación.
“Me pongo a dieta severa (a base de proteínas y verduras), no como durante 8 horas porque entro a las 8 y salgo a las 15 del trabajo y encima tengo un nivel de estrés importante. En la primera oportunidad que tengas, surge la necesidad fisiológica y emocional de consumir azúcar inmediato, de rápida utilización”.
El azúcar es un disacárido -sacarosa- formado por una molécula de glucosa y una de fructosa que nuestro organismo necesita, ya que la glucosa es el alimento del cerebro y aporta energía de forma inmediata, aunque su efecto dure poco tiempo.
Entonces, ¿por qué se dice que los productos ricos en azúcar son calorías vacías? La razón es porque no aportan ningún nutriente. “Esto sucede porque cuando nos acostumbramos a obtener energía de forma fácil y rápida, el organismo se desacostumbra a trabajar para ello. Así cada vez queremos más. Lo correcto es empezar a practicar la vía más lenta de obtenerla, a través del consumo de hidratos de carbono más complejos, en los cuales la glucosa se va liberando de forma lenta”, especifica Guerrico, quien recomienda obtenerlos consumiendo avena, trigo, arroz, pasta, patatas y panes, si son integrales mejor, porque los azúcares se liberan de manera más lenta aún.
Todos estos factores se ven involucrados en la adicción al azúcar y esto además tiene consecuencias para nuestra salud. Lorena Afonso Martínez, nutricionista del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima (Vigo), hace hincapié en que el azúcar refinado o sacarosa en estado puro es el principal culpable de la obesidad, las patologías metabólicas como la diabetes, las alteraciones neurocelulares y la reducción de la esperanza de vida de centenares de millones de personas en el mundo.
Además, el consumo abusivo de azúcar añadido aumenta el riesgo de problemas dentales, como las caries.
Explicado por qué el azúcar genera adicción, hay que tener en cuenta que existen unos indicadores que pueden alertarnos sobre si somos adictos, según Guerrico:
En este sentido Isabel López, nutricionista consultora de Advance Medical, indica que habría que priorizar el consumo de frutas, verduras, hortalizas, tubérculos y legumbres.
“Especial mención de los lácteos, las frutas y las verduras que contienen de forma natural cantidades variables de azúcares simples (lactosa y fructosa), pero englobados en una matriz en la que se encuentran combinados con otros muchos componentes (vitaminas, minerales, antioxidantes, proteínas, fibra…). Por eso, se trata de grupos de alimentos esenciales en la alimentación diaria. En el caso de la fruta, mejor tomarla entera, pues el proceso de licuado favorece que gran parte de sus azúcares queden libres”, apostilla.