12 de agosto del 2019
Pero se pone peor, porque resulta que una vez que el cuerpo utiliza la sacarosa y glucosa de la gaseosa, uno siente un bajón de energía. Según el experto, eso es lo que hace que la gente tenga la necesidad de tomar otra, y otra, y otra.
Algunos estudios señalan altas posibilidades de que el azúcar en sí sea adictiva. Si, además, tenemos en cuenta de que muchos refrescos contienen altas dosis de cafeína (el equivalente de media taza de café instantáneo, según el periódico inglés), se puede entender porqué el constante consumo de bebidas gaseosas se vuelve un círculo vicioso: se generan síntomas de abstinencia como dolores de cabeza, insomnio y fatiga.
Además, los refrescos también contienen ácido fosfórico, que en grandes cantidades, puede afectar la piel, los músculos y hasta dañar el corazón y los riñones con el paso del tiempo, de acuerdo a estudios en animales realizados en al Universidad de Harvard.
Y como gran final, el artículo del Daily Mail señala que también se ha demostrado que aquellas personas que toman refrescos con regularidad no son capaces de controlar su consumo de calorías con efectividad (a diferencia de lo que ocurre con los que beben agua) por lo que comen más de lo que deberían.
Fuente: https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2010/07/14/eres-adicto-al-refresco-descubre-el-porque.html